Ester Kandel
Ante la ofensiva del gran capital, a través de sus voceros misóginos y racistas, las mujeres, nos hacemos oír nuevamente en las calles, por varias reivindicaciones, desde poder decidir sobre nuestros propios cuerpos, garantizando la vida y a la vez exigiendo una vida digna a través de trabajos genuinos, educación y salud, sin violencia y sin discriminación laboral, para nosotras y el conjunto de la población.
Todos los días decimos NI UNA MENOS y sin embargo, todos los días la vio-lencia de sus parejas, deja una más sin vida.
También nos ponen como modelo los países desarrollados, siendo éstos denun-ciados el domingo 22 de enero del corriente en la Marcha de las Mujeres.