Lo visible e invisible en la ruidosa comunicación de Milei. Por Julio Gambina.

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Existe mucho ruido en el debate político e ideológico local actual, más precisamente desde la llegada de Javier Milei a la presidencia de la Argentina. 
Sus estridentes declaraciones, ahora en España en la cumbre de la ultraderecha, develan un objetivo central relativo a su estrategia para defender al capitalismo respecto del socialismo. 

Al mismo tiempo, ocultan consideraciones relativas a los nefastos efectos que traen aparejados en la mayoría empobrecida de la población sus políticas en curso, de ajuste y regresiva reestructuración.

Los mensajes de Milei, especialmente sus formas agresivas, concitan el debate mediático y evidencian efectos problemáticos derivados, como las consecuencias críticas de las relaciones diplomáticas entre Argentina y España.

El acento pareciera concentrarse en la “forma” y se elude la cuestión de fondo, la “esencia” que sustenta el mensaje, contenido en su defensa del orden capitalista y la crítica a la oposición sistémica por el socialismo. 

No debe subestimarse este asunto esencial del debate civilizatorio que Milei le propone a la sociedad contemporánea, no solo en el ámbito local. 
Batalla cultural con argumentos liberalizadores.

Es una reiteración argumental que sostuvo este año en Davos, en Los Ángeles y ahora en Madrid, y que despliega con argumentos, más de allá de los “plagios” en su libro “Capitalismo, Socialismo y la trampa neoclásica” de Editorial Planeta.

Milei privilegia su carácter de “divulgador de las ideas de la libertad”, más que un “teórico”. 

Desde allí, apoyada en nuevas condiciones tecnológicas de la comunicación sostiene una “influencia”, especialmente en jóvenes generaciones. 

Pretende generar consenso ideológico y político en torno al capitalismo, como la mejor forma de organización económico social histórica. 

De ahí su alusión a 250 años de crecimiento de la riqueza, ocultando la violencia de la acumulación capitalista originaria y permanente en la desposesión de los pueblos.

Contrapone esa prédica favorable al régimen del capital al “asedio del maldito y cancerígeno socialismo”, que según él combate “la vida, la libertad y la propiedad”. 

Siendo el socialismo el “mal”, cerró su intervención citando a von Mises con: “No cedamos frente al socialismo, vamos a enfrentarlo con mayor valentía.” Las citas son extraídas de su discurso difundido por el citado sitio presidencial “Casa Rosada”.

Estamos en presencia de un “divulgador” de extrema derecha que busca transformar el consenso electoral logrado en Argentina, en “sentido común” de época. 

Con Gramsci aprendimos que ese “sentido” es el que imponen las clases dominantes para reproducir la lógica de dominación, por lo que sostenemos que detrás de Milei está el poder global del capital trasnacional más concentrado, más allá de la simpatía o no que genere en uno u otro de sus representantes, locales o extranjeros.

Asistimos a una experiencia del poder global, que con Milei, puede proyectar un programa de salvataje ante la desaceleración económica global que asume la crisis capitalista contemporánea.

Reestructuración capitalista y proyecto socialista

Lo real es la caída de la capacidad de compra de los ingresos populares, lo que genera recesión e incluso, una tendencia a la disminución de los elevados precios que siguieron a la devaluación de diciembre y la libertad de mercado que desató la impunidad empresaria.

Ese fenómeno de merma de ingresos apunta a un objetivo de relanzamiento de la lógica de explotación y saqueo que caracteriza al capitalismo actual, especialmente en los países de la región latinoamericana y caribeña, concebidos como proveedores de fuerza de trabajo barata y una inmensa disposición de bienes comunes.

No debe subestimarse a Mileini quedarse en la fachada insustancial de la locura, que aun siendo así, lo que importa son los cambios estructurales que empezaron desde su asunción, con el ajuste, el decretazo y su búsqueda de una legislación regresiva en el reordenamiento del orden económico del capitalismo local.

La estrategia de la ultraderecha solo podrá contraponerse con una fortísima iniciativa política que instale una propuesta de reorganización de la sociedad en las antípodas del régimen del capital.

Se trata de hacer visible la propuesta socialista, lo que supone cambios estructurales profundos para la “vida” de la mayoría empobrecida; para la “libertad” asociada al logro de la igualdad y la “propiedad” social de los principales medios de producción.

Ante la propuesta libertaria se requiere una conciencia social masiva en defensa del trabajo social comunitario, auto gestionado, solidario y en armonía con la reproducción social, en contra de la explotación de la fuerza de trabajo y el saqueo de los bienes comunes.

Fuente: https://www.perfil.com/noticias/opinion/lo-visible-e-invisible-en-la-ruidosa-comunicacion-de-milei.phtml


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