Gota a gota. La guerra silenciosa (I) Por Antonio García.

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Antonio García es Primer Comandante del Ejército de Liberación Nacional de Colombia (ELN). El 23 de marzo de 2023 La Tizza publicó su columna «Daños colaterales: Ucrania un año después», en la que compartió algunas reflexiones sobre la guerra entre Rusia y Ucrania.

Hoy, el Primer Comandante del ELN nos trae sus consideraciones sobre los conflictos generados por el control de un recurso vital como es el agua.

La ONU ha comprendido y asumido en gran medida los reclamos del sur, de nuestra América, y asume que el acceso al agua potable es también un derecho fundamental. Aun así, más de 2.200 millones de seres humanos carecen de este derecho.

Siendo el agua la base de la vida, vale recordar que

solo el 0,5 % de los recursos hídricos en la tierra son de agua dulce y disponible. El cambio climático y la excesiva contaminación están afectando peligrosamente su suministro.

En los últimos veinte años, el almacenamiento de agua terrestre, la humedad del suelo, la nieve y el hielo han disminuido a un ritmo creciente, lo cual ha afectado su disponibilidad. También, el aumento del nivel del mar implicará la salinización de aguas subterráneas con la consecuente disminución del agua dulce.

En el mundo capitalista el agua es un recurso más, que los agentes del capital ponen a jugar en la lógica de oferta y demanda. Se trata de un juego de valor que se ha naturalizado y favorecido su mercantilización.

El cambio climático, la explosión demográfica y la carencia cada vez mayor del agua, incrementan la presión sobre el suministro de alimentos. Ante el crecimiento poblacional, la demanda de agua para el consumo humano y la producción agrícola supera la oferta disponible.

En este contexto los conflictos por el control del agua aumentan: Siria, Palestina, Israel, Turquía, Etiopía, India, Egipto, Sudán, China, son todas naciones afectadas por este dilema. Nuestro continente no está exento de ello. Muchos lagos han desaparecido o han perdido su extensión. El acuífero Guaraní que se extiende desde Brasil hasta la pampa argentina está en la mira de los Estados Unidos.

Ahora bien,

en el 2001 la Organización Mundial de Comercio pasó a considerar objeto de negociación los recursos naturales. Hoy, esta lógica mercantil es la que impera. Y lo que es peor, el Estado capitalista ahora tiene como función facilitarle el acceso al agua a las grandes empresas extractivas que consumen y contaminan de manera ascendente.

Bolivia es un ejemplo de lucha y dignidad, en el año 2000 logró en una literal guerra del agua expulsar a la empresa privada Bechtel Corporation que había acaparado la gestión del líquido, lo que les permitió recobrar la soberanía sobre este recurso.

La mercantilización de los recursos hídricos es una guerra silenciosa, poco nombrada, ejecutada por las fuerzas del capital en contra de los intereses de nuestros pueblos.

Los efectos destructivos de esta agresión en contra de los ecosistemas y la vida humana ya se dejan sentir en los sectores más desfavorecidos de nuestras sociedades y en el equilibrio ecológico de nuestros países. Por medio de silenciamientos y la difusión de información falsa se ha pretendido ocultar la realidad de la creciente escasez de agua.

Vale recordar que las ciudades albergarán más del 70 % de la población mundial, lo cual de facto dispara los índices de conflictos por el acceso al agua y a la comida.

Fuente: https://medium.com/la-tiza/gota-a-gota-la-guerra-silenciosa-d6d723a75203


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