El 1  de mayo y el acto que nunca ocurrió. Por Daniel Campione

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El domingo hubo varios actos en la ciudad de Buenos Aires en conmemoración con el día internacional de las trabajadoras y trabajadores. Un par de ellos fueron multitudinarios, otros tuvieron concurrencias más acotadas. La central de trabajadores mayoritaria, la CGT, no hizo ninguna actividad, ni siquiera en un lugar cerrado. Una defección más y van…

La central no hizo ni siquiera un acto reducido. Se limitó a difundir un documento con algunos reclamos no muy tajantes.

En el mencionado texto, firmado por los “triunviros” de la Confederación Nacional del Trabajo; Héctor Daer, Carlos Acuña y Pablo Moyano puede leerse: “El contexto socio-económico en el país es preocupante; la inflación erosiona los salarios y los ingresos, y con mayor gravedad impacta en los más vulnerables”.

Respecto a los ingresos de emergencia y por única vez que dispuso el gobierno la entidad con sede en la calle Azopardo los etiquetó como “un alivio transitorio”, incluyendo el reciente “shock paritario”

Vale la pena transcribir el que podría estimarse como el párrafo más duro del documento:

“Es hora que los formadores de precios, los grandes especuladores financieros que multiplican sus ganancias en la crisis y los que recibieron una renta extraordinaria producto de la alteración de los mercados por la guerra, asuman su responsabilidad y contribuyan a mitigar la desigualdad social que hoy resulta intolerable” .

Queda pendiente entonces una pregunta “de cajón”: Si la situación es tan grave como para calificarla de intolerable ¿qué tendría que ocurrir para convocar a una actividad pública de protesta?

Algunas observaciones periodísticas trasmiten que en la conducción cegetista no perciben el clima para ninguna movilización. Una opinión más que llamativa ante la afligente situación social que el propio texto señala.

Sin duda se trata de una manifestación más de la reticencia de la central obrera a encabezar cualquier marcha o acto que implique cuestionamientos hacia el que ellos llaman “nuestro gobierno”.

De paso, una muestra más del sistemático abandono de las tres independencias básicas que supo enarbolar el movimiento obrero preperonista: Respecto al Estado, los partidos políticos y los patrones. La expresión “nuestro gobierno” desecha las dos primeras. Y acerca de las colusiones del sindicalismo más burocrático con las grandes empresas podría escribirse un libro.

El mutismo de la burocracia sindical reconoce antecedentes tan cercanos como costosos. Aún está fresca en la memoria colectiva una situación generada en un acto público orientado al reclamo contra las políticas del gobierno de Mauricio Macri.

Fue entonces que un numeroso grupo de trabajadoras y trabajadores literalmente sacó a patadas a los oradores del palco al grito de “¡Poné la fecha la puta que te parió!”, en reclamo de un paro general. Tal vez, a despecho del tiempo transcurrido, el miedo al repudio de sus “representados” aún pesa sobre las conciencias de esa dirigencia.

Cabe una breve mención para la actitud de la CTA Autónoma. Al menos a juzgar por su portal de Internet, la única actividad con miras a ese día fue el envío de una delegación para tomar parte en las celebraciones en Cuba. La encabezó su secretario general.

Quienes sí estuvieron.

En la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, el acto más numeroso, en Avenida de Mayo y 9 de Julio, nucleó sobre todo a las organizaciones sociales que se hallan comprendidas en la Unión de Trabajadores de la Economía Popular (UTEP), controvertida entidad sindical “de nuevo tipo”. Sus oradores hicieron impugnaciones parciales al gobierno, con cuidado de no perder la “compostura”.

Acto de la UTEP en Avda. de Mayo y 9 de Julio.

 Alternaron esos reclamos con observaciones elogiosas para algunas políticas o proyectos en curso. Significativo resulta que más de un expositor habló sin tapujos de la perspectiva electoral de 2023 y de la interna del Frente de Todos (FdT). Cabe observar que el empeño de cierta dirigencia por la exhibición impúdica de preocupaciones meramente partidistas, ya resulta difícil de entender. Salvo por las tensiones y ansiedades reinantes, propicias a ciertos derrames verbales.

El FITU convocó a Plaza de Mayo y logró reunir una multitud. Quienes se subieron al palco para hablar condenaron sin remisión al gobierno y asumieron una vez más la prédica contra los actos de las patronales. Y exhibieron de nuevo el rechazo sostenido a las imposiciones vinculadas al pago de la deuda externa, considerada ilegal e ilegítima.

Menos masivas fueron las reuniones de la Federación Obrera Regional Argentina (FORA) en Plaza Miserere; y de la corriente político sindical “Rompiendo cadenas” en Plaza Lorea.

Acto de “Rompiendo cadenas” en Plaza Lorea. Fuente Anred.

Una mirada escéptica podría evaluar la manifestación de la FORA como un acto de nostalgia. La centenaria entidad anarquista hace ya varias décadas tiene sus efectivos muy reducidos. Lo que no obsta a que pudo verse a grupos de jóvenes que levantan los ideales ácratas.

Concentración de la FORA en Plaza Miserere. Fuente Anred.

“Rompiendo cadenas” en cambio es un pujante nucleamiento de un sindicalismo combativo y cuestionador, a cuyas perspectivas de desarrollo se requiere estar atento.

El hecho es que cientos de miles de personas estuvieron en las calles y plazas de Buenos Aires y otras zonas del país. Con diferentes posiciones acerca de la actual gestión de gobierno, incluso incompatibles entre sí. Con diversas concepciones políticas y organizativas. Nutriendo expectativas en alguna versión “humanizada” del capitalismo o con decidida perspectiva socialista.

Ninguna de ellas lo hizo convocada por la CGT.

Cabe la reflexión acerca de los caminos a seguir para que sea horadada de una buena vez la muralla de obstrucción que erige la CGT burocrática al desarrollo independiente del movimiento obrero .

Fuente: https://tramas.ar/2022/05/02/el-1-de-mayo-y-el-acto-que-nunca-ocurrio/

Daniel Campione
Daniel Campione

Profesor universitario en la UBA, investigador en temas de historia del siglo XX y actualidad política. Autor entre otros libros de «Los orígenes estatales del peronismo», «La guerra civil española: Argentina y los argentinos» y «Los años de Menem».


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