Javier Milei y sus colaboradores, cuando esbozan una lectura de la historia nacional del último siglo y medio, ubican una “edad dorada” de la sociedad argentina, la que va de 1880 al Centenario. En pleno auge agroexportador y avalancha de inversiones sobre todo británicas en infraestructura, transporte y elaboración de los bienes exportables. Libre mercado, economía “abierta al mundo”, sufragio restringido y elecciones fraudulentas, indios exterminados o esclavizados, clases dominantes en la cumbre del poderío y el disfrute, movimiento obrero reprimido, migrantes anarquistas o socialistas expulsados, ningún derecho laboral y social de cumplimiento efectivo a la vista ¿Qué más se puede pedir, para la mentalidad “anarcocapitalista” hoy en el gobierno?
Esa mirada lleva a elevar a “prócer” máximo a Julio Argentino Roca, presidente por casi la mitad de esos treinta años y figura decisiva de la política hasta poco antes de 1910. E integrador territorial y económico a través de la “conquista del desierto”.
La “edad dorada” va a acompañada de una “de plata”, la de la década de 1990: Privatizaciones indiscriminadas, desregulación, flexibilización laboral, amplia desregulación, atadura al dólar del valor de la moneda nacional, reprimarización de la economía, impunidad extendida para los genocidas, concentración creciente e internacionalización del capital, apertura económica, conservadurismo cultural. Clase dominante en la cúspide de su poder económico y su manejo del poder político, desempleo y precarización crecientes.
De nuevo ¿Qué más se puede pedir desde la visión del gobierno de La Libertad Avanza?
Y desde allí se genera otro “procerato” para el caso obvio, el de Carlos Menem.
No más “Salón de las Mujeres” con Roca y Menem en su reemplazo.
Como es sabido a modo de provocación por el 8 M y la multitudinaria movilización que ya se venía, se desmanteló el Salón de las Mujeres de la Casa Rosada. Juana Azurduy, Mariquita Sánchez de Thompson, Remedios del Valle, Evita, Mercedes Sosa, Tita Merello, Diana Sacayan, entre otras ¡Afuera! El antifeminismo militante de la extrema derecha argentina en un momento de gloria. Condimentado con un componente de transfobia. E instrumentado por mujeres “patriarcalistas”, con la hermana del presidente a la cabeza.
Foto del extinto Salón de las Mujeres.
Y vino el reemplazo. Pasa a ser “Salón de los Próceres”, allí en Balcarce 50. Don Julio Argentino y Don Carlos ya tienen sus retratos en ese recinto, “hermanados” con José de San Martín y Manuel Belgrano y otros, todos varones.
Una vez más, las interpretaciones del pasado argentino se disputan en nuestro presente y por motivos que rebasan en mucho a lo historiográfico. Son objeto de una “batalla cultural” que el actual gobierno asume como una línea central de su acción.
Que nadie crea que estamos ante discusiones ociosas, o “perdiendo el tiempo” que debería destinarse a cuestiones más relevantes y urgentes. Guste más o menos, la historia argentina es un campo de batalla. La lucha frente a la propuesta de ultraliberalismo económico y conservadurismo cultural extremo se libra también alrededor de cómo interpretar 200 años de historia argentina. Esto sigue.
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Fuente: https://tramas.ar/2024/03/11/los-proceres-roca-y-menem/