Hoy se realiza la marcha por un nuevo aniversario del 20 de diciembre de 2001. La singulariza que será la primera en hacerse frente a un gobierno de ultraderecha. El mismo que dictó un “protocolo” que trata de prohibir y reprimir cualquier manifestación callejera.
Además de la pretensión de establecer esa norma anticonstitucional que atenta contra el derecho a la protesta y la libertad de expresión, básicos en cualquier sociedad con aspiraciones democráticas, lxs funcionarixs del gobierno se dedicaron a la intimidación más directa.
Nos referimos al enunciado de la posibilidad de represión si es que no se cumple el ridículo precepto de marchar “por la vereda”. Y asimismo la amenaza de perder los planes sociales para quienes participen de la manifestación callejera.
Al más que previsible discurso intimidatorio de la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, se sumó luego la ministra de Capital Humano (cartera que incluye ahora a las políticas sociales), Sandra Pettovello. Ambas coincidieron en afirmar que quienes salgan a la calle perderán los planes sociales que cobren.
Ambas ministras incurrieron en un deslizamiento que busca ampliar la orientación represiva de sus acciones: Mientras el discurso tradicional iba contra los cortes de calles y rutas y los acampes frente a edificios públicos, ahora lo han extendido a cualquier movilización.
El supuesto tácito es que esto se aplicará a las irrupciones callejeras que tengan un sentido de protesta u oposición política. De lo contrario quedaría proscripta la posibilidad de festejar un triunfo deportivo en la vía pública o incluso la de manifestar a favor del propio gobierno. Más que absurdo.
No es casualidad que también para hoy esté previsto el anuncio de una amplísima gama de medidas de “desregulación”. No hay precisiones acerca de su contenido, pero hay versiones de que podría abarcar, entre muchos otros rubros, la supresión de las indemnizaciones por despido y la derogación lisa y llana de la ley de alquileres. Una vez más, acciones de ofensiva frontal contra trabajadores y pobres.
El presidente utilizará la cadena nacional para comunicar a la población el nuevo “paquete”, que aparecería en forma de decreto de necesidad y urgencia, vehículo de por sí cuestionable en cuanto elude la aprobación del poder legislativo.
De cumplirse la anterior previsión, la marcha convocada para horas de la tarde se desarrollará bajo el signo del renovado ataque antipopular, impartido desde la cúspide del nuevo gobierno.
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En ese contexto, sólo cabe celebrar la iniciativa de movilización propiciada por organizaciones sociales; sindicatos inconformistas, organismos de derechos humanos, agrupaciones estudiantiles, feministas y todo un amplio espectro del riquísimo movimiento popular que alberga nuestro país.
Llamando a la expresión en el espacio público, las organizaciones populares de izquierda han tomado la sabia decisión de no someterse a ninguna actitud dilatoria, que proponga “esperar” no se sabe qué. Los aumentos de precios llevados al absurdo ya llueven sobre millones de argentines que ven amenazado hasta su derecho elemental de comprar comida para alimentarse. Y las medidas regresivas de diverso tipo se ciernen sobre el futuro inmediato, no para un porvenir más o menos lejano.
No hay nada que aguardar ni postergar. Este 20 de diciembre, con la preciosa herencia de lucha que la fecha trae aparejada, es el mejor momento para manifestarse en defensa de las condiciones de vida, los derechos básicos y las conquistas sociales de décadas. Ante la agresión económica que amenaza convertirse en violencia represiva, sólo cabe expresarse a viva voz y en las calles.
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Fuente: https://tramas.ar/2023/12/20/20-de-diciembre-en-las-calles/