Estigmatizar y Castigar. Por Manuel Gutiérrez.

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Es altamente preocupante y doloroso a la vez, observar como desde el poder, en forma sistemática, se intenta desacreditar a los sectores más vulnerables de la sociedad.

Se nombra a los pobres, palabra que no explica desde el vamos la entidad de los que sufren dicha condición. En nuestra sociedad, los pobres son los trabajadores/ras precarizados/das, los trabajadores/ras que perdieron su empleo, los niños y jóvenes que por necesidades económicas para subsistir tienen que abandonar sus estudios, los jubilados/as y pensionados/as que cobran haberes de miseria.

En definitiva lo constituyen los explotados y marginados en la lógica de las relaciones capitalistas de producción. Se entiende que no es una cuestión de descuido del lenguaje por parte de los poderosos; expresa su infame intencionalidad política de descalificar y degradar a los sectores populares, y ante todo las luchas por sus reivindicaciones por el alimento, la salud y la vivienda.

La Ministra de Educación de la Ciudad, Soledad Acuña, acaba de anunciar que se cancelarán los subsidios escolares para aquellos jóvenes y niños que abandonen la Escuela. La intención de la Ministra es dejar instalada la idea de que existen sectores que especulan con los planes sociales o subsidios sin asumir las responsabilidades correspondientes, “son vagos”; a lo que agrega el castigo, el punitivismo como acto “reparador”.

Llamativamente el “superministro” Sergio Massa en paralelo anuncia la auditoria de los planes sociales, mientras no dice nada de auditar la ilegal y ociosa deuda externa. Al tiempo que se denuncian allanamientos en comedores y centros comunitarios de las barriadas populares. Por su parte la vicepresidenta de la Nación aportó en esta dirección al condenar la actividad de las organizaciones sociales.

Los partidos mayoritarios se disputan el mejor lugar en el podio del Orden, mostrar quien expresa mejor al “Partido del Orden”, la fuerza que garantice la subordinación de los trabajadores a los intereses del capital.

Los docentes, con experiencia en la escuela pública, con asentamiento en las barriadas humildes, nos sentimos con mucha bronca frente a la estigmatización de los sectores populares. Son los ámbitos sociales más carenciados los que muestran mayor compromiso con el estudio de sus hijos, porque ven en el estudio la posibilidad de dar respuestas a sus múltiples carencias, la posibilidad aunque sea remota de acceder a un trabajo digno. Superan la estrechez de mira de la ministra, relacionan el proceso educativo con un desarrollo pleno de la vida.

Detrás del carácter prejuicioso, reaccionario de la ministra y de la clase que ella representa se encuentra un gran miedo, un permanente terror: la posibilidad y el hecho de que los trabajadores, jóvenes y niños explotados descubren, a pesar de la adversidad cotidiana, el valor del conocimiento. Conocimiento que le permita cambiar su realidad aportando a la transformación de la realidad colectiva.         

Manuel Gutiérrez. Profesor del complejo educativo IMPA 


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