Qué hacemos.

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Eduardo Hernández

Ese algo es que hacemos, cual debe ser nuestra acción política frente a la situación de crisis de la civilización a escala planetaria en la que hemos entrado. Porque el marxismo es ciencia para comprender la realidad, pero también y de manera indisoluble, guía para la acción.

En otras ocasiones he criticado a la izquierda que se dice marxista, tanto dentro de nuestras fronteras como fuera de ellas, por carecer de un proyecto estratégico. Como si desde la caída del socialismo real se hubiera perdido el rumbo, ya no había más un sistema global al cual nos fuéramos a integrar a su debido tiempo como fichas de un dominó todavía inconcluso. Y la mejor manera de perder batallas y guerras es pasar a la pura defensiva, resistiendo al enemigo en el terreno que él elige, y con las pautas que determina.

Como deseo que eso no suceda ahora, que no nos dediquemos a continuar las luchas de pura resistencia esperando que la crisis civilizatoria lo haga caer por su propio peso para hipotéticamente sustituirlo “por default”. Creo necesario recordar
a Lenin, refiriéndose a la crisis generada en el seno del capitalismo por el reparto del botín de la Primera Guerra Mundial: “Camaradas, aquí nos acercamos de lleno al problema de la crisis revolucionaria, base de nuestra acción revolucionaria. Y ante todo debemos señalar dos errores muy difundidos. Por una parte, los economistas burgueses pintan esta crisis como un simple ‘malestar’, según la elegante expresión de los ingleses. Por otra parte, algunos revolucionarios procuran demostrar que esta crisis no tiene salida alguna. Es un error. No existen situaciones absolutamente sin salida. … Intentar ‘demostrar’ anticipadamente la falta ‘absoluta’ de salida sería vana pedantería, o un simple juego de palabras y conceptos. Una verdadera demostración, en este problema y otros similares, sólo la práctica puede proporcionarla…. Los partidos revolucionarios deben ‘demostrar’ ahora en la práctica que poseen suficiente conciencia, organización, vínculos con las masas explotadas, decisión y habilidad para utilizar esta crisis en beneficio de una revolución victoriosa”.(II Congreso de la Internacional Comunista – Julio-Agosto de 1920).

Lo que venga después del desplome de la civilización burguesa a escala global, no necesariamente deberá ser el Socialismo del Siglo XXI, así como la caída del Imperio Romano de Occidente devino en siglos de verdadera barbarie en lo que hoy es Europa Occidental y no en una continuidad civilizada de nuevo tipo.

Para mi modo de ver, el mayor obstáculo que se presenta para la sustitución de la sociedad de consumo global capitalista por un nuevo orden representado por un socialismo de nuevo tipo, es la ignorancia casi total de la masa de humanos que poblamos el planeta, de la esencia de esta crisis. Los autotitulados “líderes” mundiales, y los medios de información masiva controlados por el sistema capitalista, continúan haciendo eje en la explosión de “burbujas financieras”, cuando la sucesión de hechos de la realidad objetiva demuestran que el origen está en el comienzo del agotamiento en términos económicos del recurso natural no renovable llamado petróleo, que fue el que posibilitó la enorme expansión del capitalismo en el siglo pasado. Y que el déficit energético planetario está instalado de manera permanente, sin posibilidad de volver atrás.

De un video de 20 minutos de duración que puede verse por Internet, llamado “Oil, Smoke and Mirrors” (Petróleo, Humo y Reflejos), dedicado precisamente al punto culminante de la producción de petróleo (Peak Oil) y el comienzo de su declinación, sintéticamente bien explicado por varias personalidades entrevistadas,
destaco la intervención de Michael Meadows, ex Ministro de Medio Ambiente de Gran Bretaña. Cuando se le pregunta: ¿Por qué callan los medios de comunicación y los políticos sobre el Peak Oil?, responde: “No es que no lo sepan. Los gobiernos están extremadamente bien informados. Trabajan con profesionales, se aseguran de estar en contacto con todas las organizaciones líderes del país, sobre todo con las empresariales en el círculo de la industria petrolera. Han hablado exhaustivamente de esto. Por lo tanto, no es que no lo sepan, no es que los líderes no estén informados. ¡Por supuesto que lo saben!. Por supuesto, uno esperaría que los políticos de todo el mundo se hubiesen sentado a hablar de las implicaciones y de lo que tiene que hacer cada uno de ellos a fin de ocuparse de esta amenaza. Sospecho que la razón por la que no ocurre eso es porque los Estados Unidos, el país más poderoso del mundo, con mucho, ha decidido que no quiere participar en una conferencia mundial para discutir cómo se va a repartir lo que quede. Lo que han decidido hacer, cosa que han hecho patente al invadir Irak, y tratar de controlar los yacimientos del Caspio que es la segunda reserva más importante del mundo, es tratar de monopolizar, para sí mismos, ese petróleo para su suministro. ¡Porque petróleo es poder!”

En el mismo video, Raúl Roberts, periodista y autor de The End of Oil, refiriéndose al silencio de los “líderes” dice: “Si eres político de un país importante, y dices que tiene una preocupación respecto al petróleo, ¿cuál es lo siguiente movimiento? ¿Qué dices después de esto? Esencialmente acabas por decir ‘el mundo así como lo conocemos se acaba…y esto será todo por hoy’. Porque al no haber alguna solución fácil, ninguna factible, los políticos evitan incluir el tema en la política. Uno no puede presentarse con problemas a no ser que tenga la solución a mano, esas no son las maneras de la política actual a no ser que estés criticando a tu oponente. De ahí que ningún político desee exponer el tema del Peak Oil”.

El resto del video no tiene desperdicio, hasta aparece Dick Cheney en 1999, en Londres, explicando que “para 2010 necesitaremos (EEUU y Europa) un adicional de 50 millones de barriles de petróleo por día, y ¿de dónde vendrá ese petróleo?: en Medio Oriente, con dos tercios del petróleo del mundo…es donde finalmente está el premio”. Más claro, imposible.

Por todo esto y mucho más, es que considero que cometería un grave error de nefastas consecuencias la izquierda marxista a escala global si acompañara el silencio de este “secreto de familia” de los mal llamados “líderes” del mundo. Porque como en La Vida es Sueño le dice en su monólogo el escudero Clarín herido de muerte por una flecha perdida, al rey Basilio que huye derrotado en batalla por Segismundo: “Soy un hombre desdichado, que por quererme guardar de la muerte, la busqué. Huyendo della, encontré con ella, pues no hay lugar, para la muerte secreto; de donde claro se arguye, que quien más su efecto huye, es quien se llega a su efecto….. y así, aunque a libraros vais, de la muerte con huir, mirad que vais a morir, si está de Dios que murais”.

Tenemos la obligación, como les decía Lenin a los “izquierdistas” alemanes en La enfermedad infantil del izquierdismo en el comunismo, de decirle a las masas la amarga verdad. Porque el Socialismo del Siglo XXI tampoco podrá volver a llenar las cuencas de petróleo agotadas. La nueva sociedad organizada posible tendrá que convivir con niveles de energía que no podrán reproducir las pautas de la sociedad de consumo como la conocemos hoy. Una propuesta auténticamente superadora para el pueblo sólo puede construirse con la verdad, y no con la promesa de paraísos absolutamente irrealizables.

Y debiéramos empezar ya, diciendo lo que el enemigo de clase calla.

Eduardo Hernández
18/11/08


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