En Argentina decir crisis es sinónimo de negocios quebrados, miles y miles de cartoneros, ahorros perdidos, desocupación masiva, saqueos espontáneos y planificados, la pobreza desparramada sobre ciudades, barriadas y montes, emigración de clases medias, el robo abierto de banqueros y políticos. También, para muchos, significa organización popular, ocupación de cada cosa posible de ser ocupada, piquetes, insurgencia de pobres, una trama colectiva extendida como urgencia y estrategia. Eso, para el sentido común nacional, parece ser, una crisis.
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