En el transcurso de pocas horas, la cúpula del actual gobierno se vio impelida a dos huidas frente a la airada protesta de grupos, militantes o no, que repudiaban su presencia e increpaban al gobierno.
La primera fue en Lomas de Zamora, provincia de Buenos Aires, la segunda en Corrientes. Verduras y otros objetos fueron lanzados sobre los dirigentes. En Lomas se encontraban el presidente Javier Milei, su hermana Karina y José Luis Espert. En Corrientes Karina era el personaje de alcance nacional, con otras figuras locales orientadas a la elección provincial.
En ambos casos la custodia tuvo que evacuarlos con toda rapidez ante la creciente ira de los disconformes. Ninguna de las dos veces había partidarios del oficialismo movilizados en número suficiente como para darle un respaldo numeroso a los dirigentes repudiados. El espacio público ya hace tiempo que no es propicio para los “libertarios”.
Los videos posteriores, sobre todo los de Lomas, mostraron a los funcionarios de La Libertad Avanza mientras dirigían insultos a quienes ejercían el derecho a la protesta.
Es imposible no considerar las muestras de rechazo, incluso en forma de pedradas y proyectiles varios, como una respuesta a múltiples agresiones que sufren las mayorías. Las que parten de un gobierno alineado como ninguno con los intereses de las grandes empresas. El mismo que profesa un desprecio infinito hacia trabajadores, jubilados, discapacitados y pobres en general y además lo demuestra a diario.
De esos episodios se pueden extraer al menos dos constataciones. Una que aunque haya miedo a sufrir represalias, se impone el deseo de reclamar en público contra los ataques materiales y simbólicos que consuma la actual gestión. Otra, que el escándalo por presunta corrupción en curso, ha ampliado y acelerado enojos que venían de antes. Y a partir de los sucesos de todos conocidos se vuelca a las calles con fuerza y frecuencia crecientes.
Queda para la evaluación si estas explosiones callejeras pueden indicar un deslizamiento de los gobernantes actuales hacia la impopularidad. Y el consiguiente tránsito para convertirse en impresentables de la política.
Empiezan a cundir las elucubraciones en torno a si el actual escándalo y el enojo en ascenso que desata puede tener mucha, poca o ninguna influencia sobre los escenarios electorales de septiembre y octubre próximos. El mejor camino en este campo es aguardar a que los resultados electorales proporcionen la respuesta.
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Lo indudable es que el margen de impunidad se reduce y el reclamo social crece. Aún fragmentado y disperso, el peso específico de la protesta popular es cada vez mayor. Y quienes mandan no salen incólumes. Comienzan a perder el control hasta del terreno que pisan. “Ya no pueden salir a la calle” es un comentario que cunde por medios y redes.
La maquinaria política de LLA parece comenzar a averiarse. Un incentivo para el incremento y la articulación de las protestas. E incluso para expresar con el voto no el mero rechazo sino la apuesta por quienes cuestionan y proponen desde el compromiso con las luchas, la honestidad y la identificación activa con trabajadores y pobres.
Imagen de portada: Somos Jujuy.
Fuente: https://huelladelsur.ar/2025/08/29/salieron-corriendo/