Se votó en Bolivia, en Brasil y en Uruguay, y en un año se votará en Argentina. Lo que se disputaba era la presidencia y con ello el rumbo político, económico, social y cultural de cada país y de la región. Son batallas nacionales y regionales en la disputa del orden mundial.
Desde la Argentina saludamos a los trabajadores que construyen poder popular en
todas las formas de manifestación de la lucha de clases.
En los discursos y análisis de la prensa y comentaristas se simplificaban los contenidos de la competencia electoral, entre propuestas “neoliberales” y críticos del neoliberalismo, y cuando mucho, opciones de izquierda o de derecha, obviando toda discusión sobre el capitalismo, su crisis y la posibilidad de una alternativa contra el régimen del capital, la explotación de la fuerza de trabajo y el saqueo de los bienes comunes.
Pretendemos enfatizar que no alcanza con la crítica al neoliberalismo, y que se requiere profundizar la lucha económica, política, ideológica y cultural contra el orden capitalista. Por ello es resulta destacable que no se impongan las propuestas más afines al programa de máxima del gran capital, al tiempo que necesitamos no quedarnos en el marco de lo posible y en alianzas que limitan su horizonte a la crítica al orden neoliberal.
El sentido de las votaciones recientes favorece nuestra posibilidad de discutir una perspectiva anticapitalista, antiimperialista, anticolonialista, contra el racismo y la discriminación, por el socialismo.
Vale destacar que Evo Morales asignó al triunfo de su propuesta el contenido anticapitalista y antiimperialista, habilitando un debate sobre los desafíos del próximo periodo de gobierno en Bolivia, para materializar en la vida cotidiana el socialismo comunitario del vivir bien.
En Brasil, Dilma Rousseff triunfó por escasa diferencia y convocó a sus oponentes al diálogo, el que debe privilegiarse con el conjunto de la sociedad, y especialmente con el movimiento popular que reclama por los salarios y el empleo, la reforma agraria, el transporte y una orientación del gasto para atender las necesidades populares.
La situación en Uruguay nos devuelve un Frente Amplio como la fuerza más votada en la primera vuelta y se dispone a encarar la batalla por la presidencia con el aval del rechazo a la disminución de la edad para la imputabilidad a menores. Es algo que favorece una radicalización de las propuestas de gobierno, máxime cuando al interior del FA creció la representación de la izquierda para una disputa por la mayoría
parlamentaria. Esa nueva mayoría diferencia la próxima etapa sobre la anterior para avanzar en la crítica capitalista en el proceso político uruguayo.
Con estos procesos se confirma un mapa político de crítica al neoliberalismo en la región, construido desde la acumulación de fuerzas populares para intervenir en la disputa desde una correlación de fuerzas favorables a los pueblos y el cambio político, como base imprescindible para asegurar transformaciones económicas sociales contra el capitalismo y por el socialismo.
En ese marco, estamos convocados como trabajadores a luchar para generar condiciones de movilización y organización popular contra el orden capitalista. Es algo para pensar y empujar desde nuestro territorio en la perspectiva de la renovación presidencial del 2015.
Nuestro propósito es la lucha contra el orden capitalista, lo que demanda fuertes iniciativas políticas de masas que incluyen los momentos electorales, por lo que somos parte de estos procesos y no nos da lo mismo cual es el resultado electoral, y especialmente si somos capaces de instalar propuestas propias de representación política de los trabajadores para el desarrollo de una propuesta que acumule en el camino de la emancipación.
En la Argentina, más allá de los discursos sobre las variantes del ajuste en curso, del oficialismo o la oposición, necesitamos avanzar con una propuesta política que supere la crítica discursiva al neoliberalismo y que dispute la representación política para una epopeya por la emancipación social. Las elecciones son momentos de acción de masas y en ellas se disputan los consensos de la sociedad.
En Nuestramérica se construyó un consenso popular en lucha contra el ajuste y la reestructuración y dio paso al proceso de cambio político en curso en este siglo XXI. Necesitamos profundizar el cambio, mejorar la correlación de fuerzas para los trabajadores y los pueblos y alentar junto a las transformaciones nacionales necesarias la integración de nuestros pueblos por la liberación social y nacional de Nuestramérica.
Buenos Aires, 27 de octubre de 2014
ESNA – Capítulo Argentina