José Rigane: Contribución a la creación de la CTA en la década de 1990. Por Ester Kandel.

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                                                                        Ester Kandel*

          Fue militante durante varias décadas. Se pronunció sobre la desocupación[1], el modelo productivo[2] y elaboró propuestas para modificar las injusticias, como la necesidad de nacionalizar y estatizar las empresas de energía con participación de trabajadores/as.

         Fue Secretario General del Sindicato de Luz y Fuerza Mar del Plata; titular de FE TERA y Secretario General Adjunto de la Central de los Trabajadores Argentinos (CTA). Falleció a los 69 años el 25 de febrero de 2020.

         La resistencia a las privatizaciones y la flexibilización laboral, durante el gobierno de Carlos Menem, expresada en las calles, llevó a un sector del movimiento obrero a replantearse la organización sindical. En este sendero se encolumnó José Rigane. Después de un proceso de encuentros y debates surgió la CTA:

La Central de Trabajadores de la Argentina comenzó a tener conversaciones y compartir posiciones frente al gobierno menemista en el “Encuentro de Burzaco“, que tuvo lugar el 17 de diciembre de 1991.4

El 14 de noviembre de 1992 se convocó al “Congreso de los Trabajadores Argentinos” (de donde tomaría la sigla CTA) en Parque Sarmiento (CABA).5​ En un principio la CTA estuvo conformada principalmente por organizaciones sindicales que nuclean a trabajadores del sector público separados de la Confederación General del Trabajo (CGT), y luego fueron afiliándose diferentes sindicatos también del sector privado; la novedad más importante en ese momento fue que se definió la afiliación directa de los trabajadores, definidos estos como los que trabajan o trabajaron o buscan trabajo, también incorporando la votación directa en las elecciones de sus dirigentes. En el 7° Congreso nacional de delegados al modificarse el estatuto se cambió el nombre por Central de Trabajadores de la Argentina. (Wikipedia)

          Conversando con Isabel Rauber[3]

           Se profundizaron los temas explicitados, sobre la flexibilización laboral, teniendo en cuenta su experiencia sindical:

  • Contratados: no pueden parar, no se afilian al sindicato y no tienen los derechos que establece nuestra convención colectiva de trabajo. (p.70)
  • Desconvencionalizados: contrato personal, mediante el cual pierde la estabilidad laboral.
  • Se introduce el individualismo. Existen seis tipos de trabajadores. (p.71)
  • “Nosotros denunciamos esos contratos porque convierten al trabajador en un esclavo de la empresa…”
  • Microemprendimientos: despidos enmascarados y nuevas formas de chantaje a los trabajadores.
  • “congelar salarios, pagar en negro o en especie es la destrucción de la organización sindical. (p.78)

Enfrentó al sindicalismo empresario de su gremio, “transformó la organización federativa en lo que nosotros hemos llamado un holding empresario”. (p.87)

Participó en el debate sobre el nuevo sindicalismo: alcances y limitaciones: se profundizan las relaciones entre las reivindicaciones gremiales y los nexos con la política general.

Si tenemos claro, como trabajadores, que nuestra tarea sindical es importante pero limitada y que para poder realizar las transformaciones de fondo del sistema es necesario participar en política, en ese momento habremos alcanzado la máxima expresión de lo que significa ser protagonista. (p.104)

No hay ninguna acción gremial que no tenga que ver con la política hoy por hoy….Porque si nosotros luchamos contra la corrupción y el vaciamiento de la empresa-+, estamos en definitiva denunciando un modelo (…)

 La profundización de la lucha reivindicativa es fundamental para alcanzar esa madurez de conciencia, pero no espontáneamente. Es necesario esclarecer los nexos en cada caso, o mejor dicho, que se hagan visibles a la población involucrada en la lucha. (106)

         Hace referencia a la participación de las mujeres, dentro de la empresa, así como de la familia, en la lucha.

         El amplio debate desplegado se sintetizó con la propuesta de Rigane:

Si logramos recuperar el protagonismo de los compañeros en el marco de la más amplia democracia, con una autonomía tal que nos permita ser independientes del Estado, de los partidos políticos y de la patronal, me parece que eso sería hoy ser combativo. (p.183)

         En la Declaración de Burzaco, 17 de diciembre de 1991, se aprueba estos criterios, señalando en el último párrafo

Este compromiso se funda en la evidente necesidad de ir dando forma a una herramienta de acumulación política que permita instalar en el escenario de las decisiones los distintos conflictos parciales (…).

                                                                                               29 de abril de 2023

*Magister de la UBA en Ciencias Sociales del Trabajo


[1] En la última reunión de la OIT, donde participó una delegación de la CTA, el compañero Rigane señala entre otras cuestiones:

En un reciente informe de la OIT se señala que “más de 60 por ciento de todos los trabajadores carece de cualquier tipo de contrato de trabajo; la mayoría de ellos están empleados en trabajos por cuenta propia o como trabajadores familiares auxiliares en el mundo en desarrollo. Sin embargo, aún entre los trabajadores asalariados, menos de la mitad (42%) tiene un contrato permanente”. (…)  Peleamos en la OIT, una instancia internacional más que importante, para enterrar las ideas liberales y neoliberales -tan escuchadas en Argentina- sobre cómo “ganar competividad” o cómo “realizar los ajustes necesarios para el crecimiento económico”. Estos argumentos que tanto conocemos los trabajadores del país, sirven para mantener salarios bajos y para generar ganancias extraordinarias para los patrones, los empresarios; algo tan conocido como efectivo para el poder en la historia. Sabemos que una parte de la pelea ahora la damos en la OIT, pero entendemos que es una disputa que se da en la calle, como lo viene haciendo la CTA desde su fundación y que hoy continúa haciéndolo. (…) Necesitamos que los trabajadores puedan adquirir autonomía como clase y poder construir poder propio para cambiar la relación de capital y trabajo, que no es otra que la realidad del mundo.

[2] La esencia  del modelo productivo de esta última década y al “Estado bobo socio de las multinacionales[2]”, expresada por José Rigane en ACTA[2]:

Este modelo productivo reprimarizó la economía, desarrolló el extractivismo para acrecentar las exportaciones, profundizando la contaminación. No es un modelo económico que hace eje en el mercado interno y en la industrialización. Somos principalmente ensambladores, no fabricantes. Esto tiene que ver con las políticas de ajuste con proceso inflacionario alto, porque la idea es bajar el salario a precio dólar. Se centra en la competencia internacional y no en el desarrollo del mercado interno. El modelo productivo hoy lo imponen las multinacionales que siempre desarrollan la misma política: ingresan ganando, porque acá se vio cómo les daban tarifas rebajadas, con acuerdos comerciales a la baja y se despidieron a miles de trabajadores. En muchos casos se aumentó la tarifa al consumidor también. Y cuando se van, encima, hay que pagarles o te hacen una demanda en el CIADI. Argentina le acaba de pagar a 5 empresas por demandas en ese organismo alrededor de 500 millones de dólares.

[3] Rauber, Isabel, Una historia silenciada, Pensamiento, Jurídico Editora, 1998.


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