La reacción de las/os trabajadores/as no se hizo esperar
Los trabajadores y trabajadoras de Maestranza agrupados en el SITMMA-CTA (Sindicato de Maestranza y Mantenimiento) llevan más de 50 días de conflicto con la empresa La Mantovana, tercerizadora del servicio de limpieza en todas las sedes del Ministerio de Relaciones Exteriores – CTA Capital.
Elisa Juarez, delegada del SITMMA y a Pablo Méndez, delegado General de ATE en la Cancillería, encabezaron las acciones.
La lucha se sostiene desde diciembre de 2015 para que la empresa tercerizada La Mantovana, que presta servicios de limpieza, y las autoridades ministeriales cumplan y hagan cumplir derechos de los trabajadores, ha derivado en una serie de despidos y maltratos generalizados a los compañeros.
El conflicto se inició cuando el personal denunció que la compañía incumple el contrato según el cual debe tener jornadas laborales de 8 horas y un salario de 7.500 pesos, pero de “los 150 empleados, 47 no están encuadrados de esa forma, trabajan 4 horas y cobran sólo 3.700 pesos”, señalaron los dirigentes gremiales.
Las consecuencias de la precariedad laboral que afecta alrededor del 40% de la población, la podemos ver graficada en los siguientes datos:
Del conjunto de los 31 Aglomerados urbanos de la EPH (26.723.000 personas), para el 2do. semestre de 2014, hay 6.712.000 personas pobres y de ellas 1.489.000 personas son indigentes (Informe de la Junta Interna del INDEC).
De este modo Cyntia Pok, secretaria de formación de CTA analizó el tema:
En particular desde una Central de trabajadores/as, cobran especial relevancia el rol de las mujeres en el proceso de trabajo, en las formas de inserción en el mercado de trabajo y en la sujeción a los determinantes que lo caracterizan tales como la precariedad laboral, la informalidad y las privaciones salariales que esto conlleva.
Hace mucho tiempo que en Argentina la informalidad y la precariedad laboral han dejado de ser una franja marginal del mercado de trabajo para instalarse como rasgo constitutivo del mismo, abarcando a gran parte de la población laboralmente activa.
Este marco es el que abarca a las mujeres, que, al igual que los varones, se ven afectadas por estos determinantes. Como es de esperar, en sociedades no exentas de patriarcalismo, todos los indicadores “negativos” del mercado de trabajo –desocupación, subempleo, etc.- se ven exacerbados en el caso de las mujeres.
Sin embargo, particularmente en períodos de crisis del mercado de trabajo, las estructuras sociodemográficas y los perfiles de la población inserta en la informalidad y en el empleo formal no presentan diferencias drásticas entre sí. Esta característica, combinada con la importante extensión del empleo en la informalidad, ha persistido en el tiempo. La combinación de ambos rasgos estaría ratificando que la informalidad, lejos de ser un reservorio de grupos particulares de población, se habría convertido en un componente estructural de la dinámica general del mercado de trabajo. Operan, globalmente, lo que se ha dado en llamar “los Cuatro Jinetes del Apocalipsis”: la flexibilización, la precarización, la externalización y la intermediación.
Las mujeres se insertan, en la informalidad, a lo largo de toda la estructura de calificaciones, pero ceden terreno a los varones en el nivel de la calificación operativa, recargándose en tareas no calificadas, mientras que permanecen sin dificultad en las pocas tareas técnicas y profesionales del sector, aún a costa de la pérdida del posicionamiento relativo superior en el nivel técnico que presentan, con respecto de los varones, en el conjunto de la inserción productiva.
En cuanto a la división social del trabajo en general, la distribución sectorial permite visualizar ramas de actividad típicamente asociadas, en el ámbito privado, a la informalidad (comercio, servicios, construcción), con un comportamiento diferencial por género y subconjuntos polarizados al interior de los servicios.
A este panorama laboral, es necesario tener en cuenta que los programas de asistencia a varones y mujeres en situación de emergencia se han convertido en políticas permanentes, naturalizando el destino de ese sector de la población.
Las ganancias, la competitividad fueron desde su inicio el motor del desarrollo de los capitalistas, es por eso pertinente hacer un repaso histórico de las condiciones laborales y los reclamos durante el siglo XIX y principios del siglo XX.
De los registros históricos surge que hubo varias movilizaciones de obreras de la industria textil en EE. UU: una de ellas en 1857 y la otra en 1908, esta última en la fábrica Cotton Textile Factory de Nueva York, donde las obreras solicitaban jornada laboral de diez horas, descanso dominical e igual salario por igual trabajo. La respuesta al reclamo fue el incendio en la fábrica y la muerte de las 129 obreras.
En 1910 durante la Segunda Conferencia de Mujeres socialistas, llevada a cabo en Copenhague, Dinamarca, se aceptó la propuesta realizada por la dirigente alemana Clara Zetkin, para conmemorar ese día como Día Internacional de la Mujer Trabajadora.
Estas luchas se daban en el marco de protestas, reclamos y resoluciones, en otros países, que tuvieron un hito en el Congrés International du Ouvrier Socialiste realizado del 12 al 14 de junio de 1889 en París.
Se discutió un programa de reclamos de legislación social en el cual señalaba una de las resoluciones: “Después de afirmar que la emancipación del Trabajo y de la Humanidad no puede salir más que de la acción internacional del proletariado organizado en partido de clase, apoderándose del poder político por la expropiación de la clase capitalista y la apropiación social de los medios de producción capitalistas, que implica la explotación creciente de la clase obrera por la burguesía; que esta explotación, cada día más intensa, tiene por consecuencia la opresión política de la clase obrera, su servidumbre económica y su degeneración física y moral; luchar por todos los medios a su alcance contra una organización social que los aplasta y al mismo tiempo, que amenaza el libre desenvolvimiento de la Humanidad; que de otra parte, se trata ante todo de oponerse a la acción destructora del presente orden económico; decide una legislación protectora y efectiva del trabajo, reclama como base:
• la limitación de la jornada de trabajo a ocho horas;
• la prohibición del trabajo infantil;
• el reposo ininterrumpido de 36 horas;
• igual salario por igual trabajo (trabajo femenino)
En todo el tiempo transcurrido hemos logrado y hemos perdido, en una lucha permanente en la vida cotidiana y los temas que nos convoca este 8 de marzo los podemos sintetizar: – Relación de la economía, el desarrollo social y cultural y la inserción laboral de las mujeres. – La doble opresión, clase y género. – La relación entre la producción y la reproducción. – El sentido de las tareas domésticas y el cuidado de los infantes. – La relación clase -género o la contradicción entre los sexos.
Exigiendo políticas efectivas a favor de:
• trabajo digno
• atención a la primera infancia (jardines matenales y/o infantiles)
• educación sexual para decidir
• anticoncepción para no abortar
• aborto legal, seguro y gratuito para no morir
Y en contra de:
• el acoso sexual en el trabajo
• la violencia familiar, laboral y obstétrica
• la violencia sexual
• la trata de mujeres y niñas
Bibliografía
Gambina, Julio, artículos de ACTA.
Kandel, Ester, La desigualdad salarial entre varones y mujeres: una tendencia que se reitera –Argenpress, 1º de julio de 2013.
Kandel, Ester, La pobreza, las mujeres y las políticas sociales I y II- Argenpress y ACTA.
Kandel, Ester, el neoliberalismo y los programas destinados a las mujeres: ¿Lucha contra la pobreza o transmisión intergeneracional de la misma?, Argenpress, 24 de noviembre de 2013.
Kandel, Ester, Negociación colectiva y sistema productivo: Una historia con etapas, Argenpress, 12 de noviembre de 2014.
Kandel, Ester, 8 de marzo- Como hace 100 años: Día Internacional de la mujer trabajadora, Argenpress 24 de febrero de 2010.
Kandel, Ester, Este y aquel 8 de marzo, Día Internacional de la mujer trabajadora, Argenpress, 31 de enero de 2014.
Kandel, Ester, Día Internacional de la mujer trabajadora, Argenpress, 26 de febrero de 2014.
23 de febrero de 2016