El ajuste económico y las amas de casa y/o tareas de cuidado. Responsabilidad y compromiso del movimiento de mujeres. Por Ester Kandel

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 En el marco de la pandemia son muchos los temas que nos preocupan. Hoy nos centraremos en la valorización del trabajo doméstico o de las organizadoras de las tareas para cubrir, especialmente la alimentación.

 A lo largo de la historia surgieron muchos movimientos de protesta por la carestía de la vida, como lo hicieron las mujeres francesas a principios del siglo XX por leche y carne o sólo pedir pan comolo recordó Galileo Galilei en el siglo XVII. Como protagonista de la década de 1980, las mujeres, salimos con la consigna No compre los jueves, iniciativa de Amas de Casa del País. También haremos referencia a la carestía de la vida en la década de 1950 y su modo particular de abordarla.

Las iniciativas fueron diversas, según el momento histórico. Desde hace décadas LAS OLLAS POPULARES y comedores, ocupan un lugar en el espacio público, difundidas  por las noticias televisivas. No es nuestra intención repetir datos conocidos, sino la preocupación por la solución de estos temas. Pues como manifiesta esta organización:

La razón de las ollas es el hambre que crece, ante la imposibilidad de hacer rulos y trabajos informales para sobrevivir. Pero también es producto del amor y compromiso que vive en el pueblo, en lo profundo de las entrañas que se retuercen cuando otrxs no comen, en la rebeldía de quienes no estamos dispuestxs a ser aun más miserables y quienes no están dispuestxs a ser más egoístas. Una solidaridad propia de lxs despojadxs. (“Sólo el pueblo salvará al pueblo”, barrio Los hornos).

La perspectiva de pagar una deuda externa odiosa y sin investigarla, nos hace coincidir con el Juicio Popular a la Deuda y al FMI, la deuda es con el pueblo. El dilema es seguir sometidos a los lobos financieros  y continuando con las indicaciones de los organismos internacionales para paliar la pobreza o un desarrollo cuestionador de este modelo.

Cifras que duelen:  

Los datos del primer trimestre de este año, con sólo 10 días de pandemia y cuarentena, arrojan que la Capital tiene 18.000 pobres más que un año atrás, sumando un total de 703.000 personas. Es el 22,9% de la población total porteña que no logra cubrir el costo de una canasta básica de bienes y servicios.  

La nota del periodista Ismael Bermúdez (Clarín, 3/7/20) se completa con datos de indigencia y el costo de la canasta familiar. En la edición del 5/7/20 se publica los trabajadores suspendidos  y con reducción salarial, en el mes de abril. Esta situación continúa en numerosas empresas.

Un panorama complicado si agregamos las resistencias por aplicar un impuesto extraordinario a las grandes fortunas y a la expropiación de Vicentín.

El Plan Económico de Austeridad y el 2º Plan Quinquenal

La investigadora Carolina Barry, realizó un estudio exhaustivo sobre ¡Las muchachas ahorrativas! El rol de las mujeres peronistas en el Plan Económico de Austeridad y el 2º Plan Quinquenal.

El eje de la propuesta de las mujeres que pertenecían a las unidades básicas, era ser promotoras del ahorro  en la economía doméstica y de control social ante la política del Estado en 1952.[1]

Los objetivos del Plan eran acrecentar la producción agropecuaria y otros ramos de la actualidad nacional; orientar el comercio exterior hacia una reducción de las importaciones; estimular las exportaciones de aquellos productos con saldos disponibles; promover la austeridad de los consumos, para facilitar el incremento del ahorro como factor indispensable en la reanudación  de la futura expansión económica.

Según la autora, citando a Perón, era necesario pasar de una economía capitalista a la justicialista y el año 1952, era una etapa intermedia entre los dos planes quinquenales.

El rol asignado a las amas de casa como conocedoras de las necesidades familiares, era promover el ahorro.

La Subsecretaría de Informaciones dio su amplia difusión y a través de folletos, informaciones en los noticieros a la prensa escrita y oral. Inclusive actores cómicos de la época, como Luis Sandrini, incluyeron en sus programas radiales exhortaciones humorísticas a modificar patrones de consumo y a contribuir al esfuerzo empeñado. Las revistas femeninas también se hicieron eco del plan de austeridad proporcionando a sus lectoras recetas de comidas alternativas sin carne (…)

Para llevar a cabo esta tarea recibieron capacitación especial.

El tema era la carestía de la vida y la única organización que reclamaba otras medidas fueron las comunistas a través de la UMA. En la publicación Nuestras Mujeres, “hacían eco del llamado de Perón y convocaban a las mujeres a formar un frente unido contra el enemigo y luchar contra la carestía y la escasez de la que poco se hablaba (…) denunciando que los verdaderos enemigos de las mujeres y niños era el imperialismo y los grandes sectores industriales y monopolistas, yankees, ingleses y criollos como Gath y Chavez, el ingenio azucarero Ledesma y Alpargatas”.

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[1] La concepción económica y social del primer gobierno peronista se halla sintetizada en el discurso que Perón dirigió al Congreso Nacional en ocasión de la presentación del plan.  (…) en 1810 fuimos libres políticamente, ahora anhelamos ser económicamente independientes (…) El equilibrio económico del régimen capitalista (…)  Había establecido un encadenamiento entre los diversos países a través del intercambio económico y financiero. Con ello se había posibilitado que desde un país central se pudiera succionar la riqueza de los demás ; sin la incomodidad y sin el peligro del traslado a dicho país para su explotación (…). Abordaba también el problema del desequilibrio de los términos de intercambio  por “diferencias entre los precios importados y exportados, la República en cuatro años perdió casi cuatro mil millones de pesos. Para aumentar nuestras conquistas-afirmaba-, debemos aumentar la riqueza y aumentar el trabajo (…)

   

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