Fuerzas armadas y enemigo interno una vez más. Por Daniel Campione.

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Desde el ministerio de Defensa se ha puesto en marcha la operación “Julio Argentino Roca”, la que estaría dirigida a “…reforzar la vigilancia y el control en la Zona de Seguridad de Fronteras del norte y noreste del país”.

Según un posteo oficial en redes del ministerio tomarán parte en el operativo 10.000 efectivos de las fuerzas armadas. Se los destinará a “,.. zonas rurales, alejadas de centros urbanos y fuera de los pasos fronterizos…”.

A cazar pobres en las fronteras.

No cuesta nada imaginar las persecuciones que va a desatar esta intervención de las fuerzas armadas en la llamada “seguridad interior”.

Sus víctimas serán en primer lugar quienes intentan pasar mercaderías por la frontera como forma de subsistencia. Los llamados “bagayeros”, mujeres y varones pobres que viven cerca de los límites territoriales, en zonas con muy escasas oportunidades de trabajo.  Y pueden extenderse a variados “objetivos” que incluyan en lugar destacado a la protesta social.

Esta decisión se asienta en dos decretos del Poder Ejecutivo Nacional, dictados durante la gestión del actual presidente, en los últimos meses del año pasado. El 1107/2024, establece objetivos de “valor estratégico”. Lo hace mediante una difusa definición de instalaciones y espacios que deberán ser custodiados por personal dependiente del ministerio de Defensa (lo que equivale a las fuerzas armadas).

Se le suma el Decreto 1112/2024 que dispone la actuación militar “disuasiva o efectiva” ante cualquier tipo de amenazas y agresiones “de origen externo”. Las que asimismo son definidas de una manera muy genérica. Extiende esa tarea en todo tipo de espacios, desde los terrestres y marítimos al “espectro electromagnético”.

Dejaremos la profundización de los aspectos técnicos a quienes estudian con una mirada crítica este involucramiento militar. El que trae muy sombrías resonancias para la mayoría de la sociedad argentina.  

Sí nos interesa señalar que, después de décadas, se impulsa que las instituciones armadas actúen dentro del territorio nacional contra un “enemigo interno”, de contornos a propósito mal delimitados.

Así se pretende reforzar una visión punitivista que puede virar con facilidad a reprimir como “narcotraficantes”, “terroristas” o ambas cosas a la vez a compatriotas considerados “peligrosos” para el poder real. No se requieren predicciones aventuradas para avizorar lo que esto significa en manos de “conductores” como la ministra Patricia Bullrich y el ministro Luis Petri.

Quisiéramos detenernos un poco en la nada azarosa denominación del operativo.

A nombre del “conquistador del desierto”.

El ministro de Defensa ha declarado en estos días:  “Hace 146 años, el General Julio Argentino Roca, lideraba la Campaña del Desierto, con el objetivo de expandir el territorio nacional hacia el sur y controlar las tierras habitadas por pueblos originarios. Hoy, reivindicamos su legado con el inicio de la Operación Julio Argentino Roca…”

Se exalta así la intervención de militares argentinos contra la población indígena, allá por 1879. Contaron entonces con firme respaldo de terratenientes y empresarios que salieron beneficiados con inmensas extensiones de tierras y una variada gama de negocios. Las instituciones armadas lanzadas a matar en masa para beneficio de los “dueños del país”.

La denominación del operativo ha sido calificada de provocación. Es cierto que lo es. Contiene además toda una visión de la historia nacional.

El “conquistador del desierto” es un modelo, un “prócer” al que el gobierno sigue, más allá de las cuestiones de “seguridad” y “defensa”. Por su política de exterminio de los pueblos originarios, claro.

Se lo homenajea además por su gestión económica de promoción de la propiedad privada.  De amplio ingreso de capitales extranjeros asociados a los locales. Y de facilidades extendidas para el incremento de beneficios del gran capital. Fue la “época de oro” que el presidente y sus colaboradores quieren repetir en este siglo XXI.

Aunque sea en voz baja, se valora la exclusión de la voluntad popular en el campo político. Fraude y violencia electoral en los que también tuvo participación el ejército argentino. El presidente Milei no se asocia con facilidad a la democracia representativa. Comparte ese sentir con el “héroe del desierto”.

Quizás la reivindicación principal sea la de la frontalidad del régimen socioeconómico y político de entonces contra las clases explotadas o marginadas, sin distinción. La aprobación de leyes represivas caracterizó a los dos períodos presidenciales del general tucumano. Fueran “indios salvajes”, “gauchos matreros” o “gringos de ideas extrañas”, los de abajo eran parejamente clasificados como enemigos a vigilar, intimidar, expulsar, exterminar.

Roca es el símbolo integral de la sociedad argentina del futuro que quisiera construir este gobierno. Y por eso le pone su nombre a las acciones que apuntarán en gran medida contra argentinas y argentinos que descienden en todo o en parte de pobladores originarios. O que sin tener esa ascendencia forman parte de las “clases peligrosas” a las que necesitan vigilar, perseguir, incluso aniquilar.

Ya hubo un asesinado por la “vigilancia de fronteras” en la zona de Orán, Salta. Fernando Martín Gómez, quien comerciaba hojas de coca en muy pequeña escala y para la gendarmería merecía ser corrido a tiros por “narco”.

Sólo la denuncia; la movilización, la resistencia multiforme, podrán impedir que la figura del dos veces presidente “apadrine” nuevos crímenes, a casi un siglo y medio de distancia del genocidio indígena. Será uno de los combates a impulsar, en resguardo del presente y el futuro inmediato de nuestro país.

La batalla se librará también en el terreno de la memoria colectiva. Los empeños por “desmonumentar” a Roca, aunque no lo parezca a simple vista, son un espacio desde donde preservar de nuevos asesinatos impunes a nuestro pueblo.

Se necesita levantar el estandarte de la memoria, la verdad y la justicia contra la reiteración de una “guerra sucia” que las fuerzas de la reacción económica, política y militar querrían llevar adelante una vez más.

Fuente: https://huelladelsur.ar/2025/04/17/fuerzas-armadas-y-enemigo-interno-una-vez-mas/


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