A 44 años de la derrota de las fuerzas proyanquis de la dictadura somocista en Nicaragua. Por Acercándonos Ediciones.

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Historia del FSLN

La primera acción guerrillera se realizó en una profunda zona montañosa del norte de Nicaragua, en el departamento de Jinotega, en las áreas fronterizas con Honduras denominadas Raití y Bocay. Para sofocar esta incipiente guerrilla, la guardia nacional de Somoza coordina acciones con la guardia de Honduras y ambas atacan y derrotan al grupo guerrillero sandinista, muriendo en esta acción un porcentaje importante de los fundadores del FSLN.

Luego de esta primer derrota, el Frente Sandinista se reestructura, se fortalece, realiza nuevas acciones organizativas en la ciudad y en las montañas, organiza a los jóvenes estudiantes de secundaria y de la universidad, a sectores obreros importantes, a núcleos de pequeños campesinos de las montañas de Matagalpa y Jinotega, a intelectuales e incluso a grandes propietarios de las zonas de Matagalpa y Chontales; funda el Frente Estudiantil Revolucionario, una especie de organización intermedia que trabaja en secundaria y en la universidad y que se constituyó en la punta de lanza para organizar a los estudiantes y a los pobladores urbanos.

La segunda experiencia guerrillera se da en 1967 en la zona de Pancasán, departamento de Matagalpa, donde después de varios encuentros con la guardia somocista caen en combate numerosos miembros de la guerrilla sandinista por lo que se ven obligados a dispersarse y replegarse en zonas de la profundidad de la montaña.

El ataque al cuartel de Waslala en las montañas de Nicaragua y el inicio de acciones armadas a todo lo ancho y largo del país. El año 75 y 76 fueron años de duros combates tanto en el campo, en la ciudad y en la montaña; se impuso el estado de sitio, se desató una represión feroz y miles de nicaragüenses fueron a la cárcel; otros tantos ingresaron al Frente Sandinista como cuadros clandestinos o como colaboradores. También en el 76 fue el año del inicio de la división del Frente Sandinista de Liberación Nacional, asunto que se recrudeció en los dos años siguientes, dando como resultado el nacimiento de tres tendencias, con la característica que todas se denominaban FSLN.

Las diferencias eran por razones tácticas y organizativas; es decir, qué sectores priorizar por la organización y qué métodos de lucha privilegiar en el enfrentamiento armado contra la dictadura. A pesar de la represión, a pesar de las diferencias internas, ninguna de las tendencias del Frente Sandinista dejó de luchar nunca contra la dictadura y siguieron organizando al pueblo y preparándolo para el ataque final contra el somocismo.

Programa histórico del FSLN
En 1969 se publica el programa histórico del FSLN, que consta de 14 puntos entre los cuales destacan: La Revolución Agraria – Legislación Laboral y Seguridad Gobierno Revolucionario y Honestidad Administrativa Reincorporación de la Costa Atlántica – Emancipación de la mujer y respeto a las creencias religiosas Política exterior independiente y solidaridad internacional Ejército Patriótico Popular y eliminación de la GN Unidad Centroamericana. En julio de 1969 es descubierta una célula sandinista en una casa de Managua, la cual es cercada por cerca de 300 guardias, tanquetas y aviones, el combate dura cerca de tres horas y la casa es demolida por la guardia somocista.

Este enfrentamiento lo sostuvo un solo compañero llamado Julio Buitrago, en ese entonces miembro de la Dirección Nacional del Frente Sandinista y jefe de la resistencia urbana. El valor y la consecuencia demostrada por el compañero Buitrago impactaron a la sociedad nicaragüense, le generaron enorme simpatía al Frente Sandinista y como dijo Carlos Fonseca en ese entonces «por cada Julio Buitrago que murió se levantaron diez nicaragüenses a empuñar su fusil».

Seis meses después se daría otro combate similar en otra casa de Managua, donde murieron tres compañeros, entre ellos el poeta Leonel Rugama Remanentes de la guerrilla de Pancasán en 1970 librarán combates en la zona de Zinica, de donde posteriormente se repliegan a otras zonas y sitios urbanos. Después de varias acciones de recuperaciones bancarias y de enfrentamientos urbanos en 1970 y luego de una masiva captura que lanzó la guardia somocista entre colabores y militantes clandestinos del Frente Sandinista, la dirección de la organización decide pasar a lo que denominó una etapa de acumulación de fuerzas en silencio.

La etapa de acumulación de fuerzas en silencio consistía en no reivindicar ninguna acción política o militar de parte del Frente Sandinista y dedicarse fundamentalmente a fortalecer la organización del mismo con el propósito de prepararlo para poder realizar una acción sostenida y definitiva contra la dictadura imperante.

Se trazaron de esta forma planes para organizar el sector estudiantil, los pobladores urbanos, los diversos gremios, las zonas del campo y las zonas de la montaña; se acumularon recursos financieros y materiales, lo mismo que bélicos; se prepararon cuadros política y militarmente, tanto dentro como fuera del país, especialmente en Cuba y con la guerrilla palestina de Al Fa-tha.

Esta etapa el Frente Sandinista duró del año 70 al año 74; en el curso de estos años las bajas del Frente fueron limitadas, aunque importantes porque cayeron varios cuadros regionales de la ciudad y la montaña, entre ellos dos miembros de la dirección de la organización, los compañeros Oscar Turcios y Ricardo Morales. En diciembre de 1974 la acumulación de fuerzas en silencio llega a su final con dos fuertes acciones militares: La toma de la casa de Chema Castillo, donde se hizo rehenes a varios ministros y diplomáticos y a cambio de ellos se liberó a los sandinistas encarcelados, se entregó un rescate de un millón de dólares, se publicaron manifiestos políticos de la organización en todos los medios escritos, hablados y televisados y se elevó el salario mínimo a los trabajadores de la ciudad y el campo y a los rasos de la guardia nacional.

En noviembre de 1976 en combate desigual en Zinica, muere el fundador y líder máximo del FSLN: Carlos Fonseca lo que significó un duro revés para el sandinismo, pero que, en vez de amilanarlo, le dio mayor coraje para continuar la lucha. En esa misma fecha muere en combate en Managua Eduardo Contreras, miembro de la Dirección Nacional y primer Comandante Cero, Jefe del Comando que tomó la casa de Chema Castillo.

En octubre de 1977, el FSLN insurreccional lanza lo que se denominó la ofensiva de Octubre, caracterizada por ataques a los cuarteles de Masaya, San Carlos en río San Juan y en el Frente Norte Carlos Fonseca; durante esta ofensiva varios cuadros del FSLN-GPP, son sorprendidos en Managua y Tipitapa, muriendo el Cro. Pedro Aráuz Palacios, Miembro de la Dirección Nacional. Durante la ofensiva de Octubre se lanza el manifiesto del Grupo de los Doce; grupo que se pronuncia por el derrocamiento de la Dictadura Somocista, en apoyo del FSLN y llama a todos los sectores a apoyar esta lucha.

Los doce jugaron un papel político muy importante en la lucha contra la Dictadura. La ofensiva de octubre llevó la guerra a las ciudades, que hasta ese momento se había labrado principalmente en campos y montañas, demostró la vulnerabilidad militar del somocismo y creó las condiciones subjetivas para acciones insurreccionales. En enero de 1978 se asesina a Pedro Joaquín Chamorro, lo que produce protestas masivas en Managua.

En febrero se da la insurrección de Monimbó, muere Camilo Ortega S, en los Sabogales. En agosto de 1978 se produce la toma del Palacio Nacional por un comando del FSLN insurreccional que toma de rehenes a los diputados y senadores y a decenas de gente más que se encontraban en el lugar y que consigue la liberación de decenas de prisioneros sandinistas, dinero en efectivo para sufragar la lucha y la divulgación de documentos de la organización que llaman a insurreccionarse y a darle el golpe final a la dictadura.

En septiembre de 1978 el pueblo nicaragüense vanguardizado por el FSLN se insurrecciona en los departamentos de León, Matagalpa, Chinandega, Estelí, Masaya y Managua; es decir, la mayoría de la población nicaragüense. Los sandinistas combaten con fusiles 22, Fal, garand y revólveres 38, 45 y 22 contra una guardia nacional bien armada y dotada de tanquetas, helicópteros y aviones que bombardean de forma inmisericorde las ciudades insurreccionadas, al grado que al cabo de 20 días obligan a las tropas insurrectas a abandonar las ciudades y replegarse a campos y montañas.

La dictadura somocista expulsa a los combatientes de las ciudades principales, pero éstos se repliegan con el doble de combatientes con que habían empezado, de tal modo que se da una integración masiva a la lucha contra la dictadura somocista. A partir de esta primer insurrección suceden dos fenómenos importantes: El primero es que las divisiones internas empiezan a superarse y los dirigentes de cada tendencia sandinista buscan la forma de comunicarse entre sí, hacer acciones comunes y trabajar un proyecto de unidad del FSLN y, la segunda, es que diversos países latinoamericanos como Costa Rica, Panamá, Venezuela y México se pronuncian a favor de la lucha libertaria del pueblo de Nicaragua y propician en los organismos internacionales el aislamiento del régimen somocista.

El año de 1979 es un año de avances en la lucha de liberación, los sandinistas a lo largo del año 78 y 79 han constituido diversos frentes de combate:

Frente Sur Benjamín Zeledón, en la parte sur del país.
Frente Norte Carlos Fonseca, en la parte norte del país.
Frente Pablo Ubeda, en la parte central de las montañas.
Frente Oriental Carlos Roberto Huembes, en Chontales.
Frente Occidental Rigoberto López Pérez, en la zona de León y Chinandega.
Frente Central Camilo Ortega, en la zona de Masaya y Carazo.
Frente organizado en la capital Managua, que es el centro neurálgico del combate contra la dictadura.

En marzo de 1979 los dirigentes de las tres tendencias del FSLN firman el acuerdo de unidad del Frente Sandinista y deciden impulsar la batalla final contra la dictadura en el mes de julio de 1979. En abril de ese mismo año se da la segunda insurrección de Estelí. En junio se hace el llamado a la ofensiva final convocando a todos los frentes militares a combatir a la guardia de Somoza y a converger todas las fuerzas sobre la capital Managua; a la misma vez, se llama a toda la población nicaragüense a una huelga general que permita involucrar a todos los nicaragüenses en la batalla contra la dictadura militar somocista. Nuevamente se insurreccionan Estelí, Matagalpa, Chinandega, León, Managua, Masaya, Carazo, Estelí y Rivas.

Somoza responde con todas sus fuerzas bombardeando y atacando a todas las ciudades, pero sus días están contados y no es posible detener el avance de las fuerzas libertarias que en los primeros quince días del mes de julio van liberando de forma progresiva todas las cabeceras departamentales más importantes hasta que entran triunfantes el 19 de julio de 1979 a la capital Managua.


Manipulación de la OEA por el gobierno de los Estados Unidos

Mientras los combates se recrudecen en las principales ciudades de Nicaragua, el gobierno de los Estados Unidos intenta manipular a la OEA con el objeto de que ésta designe fuerzas interventoras en Nicaragua, el intento de Estados Unidos fracasa al tener la oposición absoluta de los principales gobiernos latinoamericanos; posteriormente, pretextando motivos humanitarios intenta afincar fuerzas militares en Costa Rica para desde allí intentar algún esfuerzo militar en Nicaragua; esta intentona también fracasa.

Finalmente, en esfuerzos negociadores con las fuerzas insurgentes sandinistas, pretende influir en la composición de la Junta de Gobierno de Reconstrucción Nacional, asunto que no logra concluir con éxito. Ante todas estas adversidades, a los Estados Unidos no le queda más alternativa que demandar a Somoza su renuncia a la Presidencia de Nicaragua para buscar como evitar el derrocamiento definitivo de la guardia de Somoza. Somoza es obligado a renunciar y es sustituido por el Presidente del Congreso Nacional, el Dr. Francisco Urcuyo, quien al sentirse posesionado de la banda presidencial pretende concluir el período de Somoza y llama al Frente Sandinista a deponer las armas y entregar las mismas ante su gobierno; esta actitud acelera el avance de las fuerzas militares sandinistas sobre Managua y en 24 horas el Dr. Urcuyo huye del país, la guardia somocista se derrumba estrepitosamente y el Frente Sandinista liquida a la dictadura militar somocista y asume a través de la Junta de Gobierno de Reconstrucción Nacional los destinos de Nicaragua.

Una vez tomado el poder el Frente Sandinista inicia una serie de transformaciones profundas en el país, empezando por expropiar los bienes de la familia Somoza y de sus allegados; por impulsar una reforma agraria integral; nacionalizando las minas, la pesca y los recursos naturales; impulsando la Cruzada Nacional de Alfabetización que redujo el analfabetismo del 53 al 12%; impulsando campañas de salud y limpieza; educación para todos, acceso a la universidad de todos los sectores y creación de condiciones para el desarrollo de la niñez, de la juventud, de las mujeres, de los campesinos y de los trabajadores.

La expropiación de los bienes de las compañías transnacionales y de algunos sectores de la oligarquía, y la solidaridad internacional manifestada por la Revolución Popular Sandinista (RPS), trajo como consecuencia la ofensiva militar de los Estados Unidos contra la revolución que empezó minando puertos, bombardeando unidades productivas, dinamitando puentes y torres eléctricas y continuó durante diez años con lo que la administración Reagan llamó «una guerra de baja intensidad».

Esta guerra le costó al pueblo de Nicaragua cerca de 50 mil muertos, la destrucción de gran parte de su infraestructura, de sus unidades productivas y la obstaculización del desarrollo que estratégicamente la revolución quería impulsar. Ante esta agresión abierta, Nicaragua recurrió ante la Corte Internacional de Justicia de La Haya, acusando a los Estados Unidos y después de la presentación de pruebas contundentes el alto tribunal internacional de justicia determinó que el gobierno de los Estados Unidos era responsable de agresión y destrucción de vida y bienes contra el gobierno y el pueblo de Nicaragua, obligando de esta forma al gobierno del presidente Reagan a que cumpliera con una indemnización al gobierno y pueblo de Nicaragua por los daños causados.

Las consecuencias de la agresión del gobierno del presidente Reagan fueron calculadas por el Gobierno de Nicaragua en 17 mil millones de dólares; es decir, casi ocho veces el presupuesto anual de Nicaragua. En esta situación estaba el desarrollo de la Revolución Popular Sandinista cuando se produce la derrota electoral del 25 de febrero de 1990.

Una vez más la RPS dio muestras de su fortaleza y de su vocación democrática al ser el primer gobierno en la historia de Nicaragua que, habiendo accedido al poder a través de la lucha armada, entregaba el gobierno de forma pacífica por haber perdido el mismo por el voto popular. Las fuerzas amigas y las fuerzas adversarias de la revolución reconocieron en este gesto del gobierno revolucionario su profunda vocación democrática y su consecuencia por los intereses del pueblo nicaragüense. De 1990 hasta la fecha, el FSLN ha estado en la oposición a gobiernos sucesivos de contenido derechista que han pretendido desconocer los logros que al pueblo de Nicaragua le entregó el gobierno sandinista y la vocación democrática del FSLN.

Fuente: https://www.acercandonoscultura.com.ar/nota-219.html


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