La violencia del capital en la cotidianeidad rosarina del narco. Por Manuel Gutiérrez.

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El pueblo de Rosario padece el enfrentamiento entre bandas de narcotraficantes, con un creciente número de asesinatos.

Resulta indignante la superficialidad con que los medios de difusión tratan la tragedia, banalidad que naturaliza las propuestas punitivitas, represivas.

No se reflexiona sobre la violencia, dejando veladas las causas estructurales de la misma.

El negocio narco es presentado al margen de los «mercados legales», siendo que ambos están articulados por medio de la evasión impositiva, el lavado de dinero y la fuga de capitales de los grandes grupos económicos refugiada en paraísos fiscales.

Termina siendo una de las caras del capitalismo delictivo, en donde el menú de opciones transita por el narco, la trata de personas, la venta de armas o la especulación financiera.

Nadie se pregunta por las razones que provocan un aumento sostenido de consumo de drogas en el país y el mundo.

La crisis económica mundial alcanza un nivel de crisis existencial, cristalizada por la incentivación competitiva individualista y los crecientes niveles de desigualdad social. El consumo de drogas se muestra como opción de refugio evasivo frente al sufrimiento cotidiano.

En el caso de Rosario y el Gran Rosario, es necesario tener en cuenta, que es una de las zonas más castigadas por la pobreza, la precariedad laboral y la desocupación, al mismo tiempo que condensa el nudo de tráfico de mercancías que explican la concentración de riqueza, que se canaliza por los puertos aledaños y el propio de la “Chicago Argentina”.

Cada vez es mayor el número de jóvenes que son reclutados como “deliverys o soldados” de los grupos narcos, jóvenes que buscan una salida a sus necesidades económicas.

El poder judicial, político y policial conforman el entramado que sostiene la empresa narco.

Tanto el Frente de Todos como Juntos por el Cambio responden reforzando las políticas represivas aumentando el número de gendarmes y habilita la acción de las fuerzas armadas. Presencias que tranquilizan a la población inicialmente, pero que a largo plazo en la región y el mundo solo han potenciado la violencia.

Las políticas de Estado, por medio de la violencia del perpetuo ajuste, constituye la servidumbre narco y luego las reprime.

Rosario demuestra en forma cruel la lógica del capital, que no tiene límites en la búsqueda por acrecentar sus ganancias. 

Las víctimas de Rosario son el pueblo trabajador. El victimario, la rapacidad del capital.

Por ello, la lucha contra el narcotráfico es la lucha en defensa de los trabajadores y nuestro pueblo.

Desde estos intereses se hará posible el despliegue de estrategias verdaderamente superadoras que incluyan la legalización del consumo, acompañando un proceso de construcción de poder popular.

Buenos Aires, 12 de marzo de 2023.

Manuel Gutierrez es Dirigente de la Mesa Coordinadora Nacional de Pensionados y Jubilados. Integrante de la Corriente Política de Izquierda, CPI.


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