Por José Yorg y Julio Gambina.
“Llevar el sistema de cooperativismo al debate regional no solo como política industrial, sino también como una política social que permita mayor inclusión a nivel regional”. Mario Cimoli.
Como miembro fundador del Foro del poder político cooperativo Latinoamericano (José Yorg), con sede social en México, di a conocer el borrador-base al economista argentino Julio Gambina para discutir y dialogar en la procura de ampliar la visión sobre el documento “Cambio transformacional en América Latina y el Caribe: un enfoque de política orientada por misiones”, redactada a pedido de la CEPAL por la Prof. Mariana Mazzucatto.
En efecto, el documento de la Prof. Mazzucato fue lanzado en el mes de octubre de 2022 en la sede del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación de nuestro pais. El informe convoca a los Gobiernos de América Latina y el Caribe para que impulsen estrategias industriales modernas orientadas a objetivos climáticos y de inclusión, en un giro total respecto a los modelos tradicionales de desarrollo económico.
La Prof. Mazzucato subraya “la necesidad de una reforma estructural para hacer frente al retraso de la productividad, el limitado espacio fiscal y la escasa capacidad del sector público en la región. Establece recomendaciones claras para alinear la trayectoria de crecimiento económico de cada país con la resolución de los problemas sociales, económicos y medioambientales mediante un nuevo enfoque “orientado a misiones” de la inversión, la innovación y la estrategia industrial.
Transformar estos retos estructurales en oportunidades estructurales para el crecimiento inclusivo, el desarrollo sostenible y la prosperidad compartida es el objetivo de este informe. Se trata no sólo de hablar del ritmo de crecimiento económico, sino también, y de manera crucial, de su dirección”, afirmó la Prof. Mazzucato.
Borrador base de debate cooperativo.
“Nosotros, miembros activos del Foro del poder político cooperativo Latinoamericano, leemos e interpretamos que tenemos entre manos un asunto de vital importancia: “Promover una economía verdaderamente sostenible e inclusiva”, tal lo proclama el documento”.
Coincidimos, en que “Los Gobiernos pueden establecer objetivos ambiciosos y colaborar con los actores del sector privado que se muestren dispuestos, a fin de promover una economía verdaderamente sostenible e inclusiva. A través de las políticas industriales orientadas por misiones, los países pueden estimular la cooperación, diversificar la producción, aumentar la productividad y orientar un crecimiento económico sostenible e inclusivo”.
Adherimos a que “Se trata de una oportunidad única para dar forma a un desarrollo económico que maximice los beneficios públicos a través de la innovación impulsada por misiones, la mejora en el uso de las herramientas disponibles, alianzas inteligentes entre los sectores público y privado e instituciones impulsadas por propósitos claros, que estén respaldadas por un servicio público sólido, la evaluación orientada a los resultados, la participación inclusiva de los grupos de interés y el compromiso respecto de un contrato social renovado”.
Concordamos en que “La estrategia industrial orientada por misiones consiste en dar un nuevo propósito a los Gobiernos y las economías de la región, garantizando que toda la sociedad se beneficie de los futuros cambios estructurales”.
Proclamamos que El cooperativismo Latinoamericano dará su visión y aporte para iniciar una transición hacia un modelo económico basado en la equidad y la pluralidad, y que los gobiernos deben garantizar la igualdad de oportunidades y participación.
¡En la fraternidad una abrazo cooperativo!
Mazzucato y los desafíos para el capitalismo contemporáneo
Por Julio C. Gambina
Asistimos a una “nueva década perdida en América Latina y el Caribe, más grave que la vivida en los años 80. Si en esa década se creció a un ritmo del 2%, desde 2014 la cifra desciende al 0,9%, siendo el peor resultado desde mediados del Siglo XX. Es parte del diagnóstico actual de CEPAL según explicita en su Balance preliminar de fines del 2022, en: https://repositorio.cepal.org/bitstream/handle/11362/48574/S2201169_es.pdf?sequence=4&isAllowed=y
La situación se agrava si consideramos que al bajo crecimiento se le adiciona una regresiva distribución del ingreso y de la riqueza, colocando a la región como el territorio de mayor desigualdad en el mundo. No es América Latina y el Caribe el territorio de mayor pobreza e indigencia en el mundo, pero si el de mayor desigualdad. Es el ascenso de la desigualdad una de las características de la economía mundial capitalista actual.
No solo CEPAL registra estos diagnósticos y pronósticos preocupantes, sino que todos los organismos internacionales coinciden en señalar las incertidumbres del presente de la economía mundial y coinciden en señalar propuestas que apunten a modificar la situación, pero curiosamente, o no, no atacan la cuestión esencial del orden económico vigente sustentado en la lógica de la ganancia y la acumulación capitalista. No se sustenta la necesidad de otro orden social en contra y más allá del capitalismo.
A propósito de estos temas es que se generó mucha expectativa por la realización de la 39° reunión de la CEPAL en octubre pasado en la Argentina, tanto como renovadas esperanzas en la cumbre de la CELAC realizada hace un mes en Buenos Aires.
Las expectativas se asocian al mapa político regional que aparece adverso a la dinámica más reaccionaria de hace pocos años, con gobiernos de derecha en Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Ecuador o Perú, entre otros. Los cambios r de gobiernos recientes (Chile, Colombia, Brasil) alientan un debate sobre las “estrategias económico-políticas”, un tema suscitado en todo el planeta desde la irrupción del trumpismo o el Brexit desde 2016 desde las dos históricas potencias imperialistas.
Ya no estamos en la dinámica de la “globalización” definida como estrategia esencial del orden capitalista a la salida de la crisis de los 60/70, y se asiste a una reconsideración de la “intervención estatal” para superar las consecuencias regresivas de la unilateralidad de las políticas de “mercado” y “relanzar” el orden capitalista.
¿Recrear al capitalismo?
Por eso desde el Foro Económico Mundial (Davos) se profetiza el “reseteo” del capitalismo, o desde el propio FMI se alude a la renovación del “contrato social”, un remedo de las respuestas de la crisis del 30, claro que sin la contradicción esencial entre capitalismo y socialismo que instaló la revolución rusa en 1917, por lo menos hasta la desarticulación de la URSS en 1991.
Desde el pensamiento legitimador del orden capitalista surgen visiones conservadoras o reaccionarias que estimulan y alientan la liberalización a ultranza para superar la actual crisis, evidente desde 2007/09. Otros sustentan cambios o “reformas” sustentadas en las “alianzas público privadas (APP) para morigerar las consecuencias regresivas de la liberalización y contener el conflicto social, recreando condiciones para el “desarrollo” en nuestro tiempo.
En ese marco, pasó por Argentina Mariana Mazzucato, inspiradora del “nuevo contrato social” en crítica hacia la derecha liberalizadora, pero también hacia la izquierda y el “progresismo” por el afán distribucionista, cuando sostiene que lo que se necesita es ampliar la producción. Eso nos lleva a discutir el actual modelo productivo y de desarrollo que potenció la producción primaria para la exportación en los últimos años y con ello la inserción subordinada en la lógica liberalizadora instalada desde los 70/80.
Mazzucato trajo al debate su propuesta sobre “Cambio transformacional” en la región, para un desarrollo sustentado en “misiones”, que puede leerse en: https://www.cepal.org/es/publicaciones/48298-cambio-transformacional-america-latina-caribe-un-enfoque-politica-orientada
Podemos pensar que las “misiones” ya fueron ensayadas por Venezuela bajo la gestión de Hugo Chávez. La lógica bolivariana apuntaba a superar los límites de la burocracia estatal en un proceso con pretensión anticapitalista tal como se pronunciaba desde el socialismo del siglo XXI.
La economista de origen italiano asienta su propuesta bajo una concepción no asimilable a la experiencia chavista, sino de articulación de distintas esferas del Estado y el sector privado.
Vale señalar que no existe una crítica al capitalismo, ni a su Estado, por lo que el modelo productivo que se sustenta se sostiene en la lógica de la ganancia y la acumulación, por lo que se asienta en la propuesta de las alianzas público-privadas, las APP.
En rigor, debiera discutirse que se entiende por público o estatal, tanto como el debate de lo privado.
Lo primero nos coloca en un debate sobre los objetivos o rumbos que se propone la lógica estatal en cada momento histórico y así podemos discutir la hegemonía “desarrollista” en los estados realmente existentes entre los 50/70 en la región, o la orientación neoliberal de los 80/90 y recreada a mediados de la segunda década del presente siglo.
Incluso pensar la lógica alternativa que supusieron los objetivos de la crítica al capitalismo desde la revolución cubana en 1959 y que emergiera con fuerza de la mano de la integración no subordinada desde 2004/05 con la propuesta del ALBA.
Por el lado de lo privado, no es lo mismo razonar desde la lógica civilizatoria de la dominación de las transnacionales, sujeto privado por excelencia del capitalismo contemporáneo, o hacerlo pensando en otros sujetos de la economía: cooperativas, mutuales, emprendimientos autogestionarios o comunales, incluso sectores pequeños y medianos de la economía.
Apuntamos a un debate sobre lo público, especialmente en quien dirige y con qué orientación lo público-estatal, del mismo modo que debemos analizar la hegemonía del sector privado en la orientación estratégica del rumbo económico social. Todo ello supone un proceso de transición de la dominación monopolista y transnacional hacia formas de organización comunal, popular, cooperativas o autogestionarias ára otro orden social en contra y más allá del capitalismo.
La discusión sobre la estrategia política y económica es lo que concentra la atención en estos momentos de crisis mundial.
En ese plano interesa la iniciativa política desde el poder, con sus rumbos conservadores y liberalizadores a ultranza o aquellos reformistas que imaginan “nuevos contratos sociales” que organicen acuerdos civilizatorios en el marco del capitalismo.
Al mismo tiempo, la reorganización de una estrategia alternativa puebla los debates de las distintas iniciativas políticas de poder popular para dar rumbo emancipador a las demandas de las/os trabajadoras/es y los pueblos, que al mismo tiempo aseguren la reproducción de la vida social y de la naturaleza.
Buenos Aires, 15 de febrero de 2023