Es fundamental instalar un debate responsable y desenmascarar esta propuesta que no es nueva y, que incluso fue muy popular en los ´90, donde los miembros del Club de París utilizaron herramientas de canje para promover los intereses de sus empresas privadas. De hecho, el canje de deuda, generalmente, es utilizado por los acreedores para convencer al gobierno del país deudor de contratar empresas del país acreedor o comprar a ellas productos que se invierten en proyectos ambientales. Esto reproduce la relación de dependencia y la profundización de un modelo de capitalismo verde. Además, se ha podido constatar que, también, es generador de nuevas deudas.
Esta iniciativa, en la actualidad, cuenta con el aval de las instituciones financieras internacionales (FMI, BM, BID…), los Fondos de Inversión y los gobiernos acreedores que negocian con los deudores la cancelación o reducción de la deuda a cambio de compromisos vinculantes de protección de la biodiversidad y reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI).
Existen un sinfín de interrogantes: ¿quién define qué activos se conservan y cuáles no y cómo se corrobora el cumplimiento de la promesa ambiental?, ¿qué implica poner un precio a un servicio ecosistémico?; si alguien «paga más» el servicio, ¿esa protección puede caer?
Se calcula que a nivel global la deuda renegociada bajo estos acuerdos fue de un total de 2600 millones de dólares entre 1985 y 2015. Asimismo, recibieron cuestionamientos por falta de transparencia. [1]
Es fundamental tener en cuenta que la Deuda Pública (Externa e Interna) tiene un impacto insoslayable en el ambiente, ya que se deben generar las divisas necesarias para el pago de los Servicios de dicha deuda. Esto se logra a partir de la intensificación del modelo extractivista que incrementa los impactos socioambientales. Entre las actividades que se intensifican, con este objetivo, se encuentran la extracción de combustibles fósiles (convencionales y no convencionales), la mega-minería, agronegocios, nuevos proyectos para la extracción de litio y toda una infraestructura a su servicio: como la Iniciativa para la Integración de la Infraestructura Regional Sudamericana (IIRSA). 2 A 22 años del surgimiento de este proyecto, que se articula alrededor de 10 ejes que cruzan toda Sudamérica de norte a sur y del Atlántico al Pacífico, cabe preguntarnos a qué intereses responden y, considerar que las deudas contraídas (BID, COSIPLAN) se destina a la conexión de enclaves, puertos y zonas francas, además de crear rutas para facilitar la expansión de la frontera minera y del agronegocio, dejando atrás saqueo, selvas quemadas y tierra arrasada, parte de las consecuencias que nos llevan a la crisis climática.
Por lo tanto, los interrogantes a tener en cuenta son: ¿Cómo garantizar el bienestar socioambiental en este contexto? ¿Qué capacidad tienen los países del Sur para hacer frente a los desafíos ambientales cuando sus economías están tan condicionadas por la necesidad de conseguir divisas? ¿Es posible hablar de Soberanía y autodeterminación de los pueblos en estas condiciones?
Los países del Sur Global debemos encontrar la manera de recuperar la Soberanía, acabar con la dependencia y desenmascarar la falsa generosidad de las IFIs y de los grandes contaminadores del Planeta que pretenden convencernos con “falsas soluciones”.
Desde el CADTM consideramos que, en la relación, “Cambio de Deuda x Clima”, es indispensable establecer el origen de la “crisis climática”: que está estrechamente relacionado con el actual modelo capitalista de desarrollo, donde la búsqueda de ganancia sigue siendo el eje en torno al cual se analiza y organiza el funcionamiento social. Y, por otro lado, tener presente que la deuda es un condicionante estructural de dicho modelo de desarrollo, agro-exportador extractivista y de un modo de inserción global como productores de materias primas y mano de obra barata.
Por tal motivo, no acordamos con esta propuesta, en primer lugar, porque no deja de ser una negociación con los “prestamistas/especuladores”, y las iniciativas de esta índole, siempre han sido un mercadeo barato, en especial teniendo en cuenta las fuertes condicionalidades que acompañan las negociaciones.
En segundo lugar, porque de acuerdo a nuestra Carta de Principios:
La deuda constituye un mecanismo de transferencia de riquezas y una herramienta de dominación política. Por lo tanto, el objetivo principal del CADTM es conseguir la abolición inmediata e incondicional de la deuda pública de los países del Sur y el abandono de las políticas de ajuste estructural, nuestro objetivo, claramente, no es un “canje”. En especial, teniendo en cuenta que, a pesar de sus incontables riquezas naturales y humanas, los pueblos del Sur fueron, y continúan siendo explotados, profundizándose, cada día más, la desigualdad extrema. Es necesaria la puesta en marcha de políticas sociales y de inversión pública acompañadas de un verdadero plan de ayuda para las poblaciones.
Por lo anteriormente mencionado, consideramos imprescindible la suspensión unilateral de pagos y una inmediata auditoria integral y participativa que nos permita determinar aquellas Deudas Públicas odiosas, ilegales e ilegítimas. La iniciativa de establecer un “Canje de deuda x Clima” desconoce nuestra premisa fundamental. Desconoce los argumentos jurídicos que pueden apoyar una decisión unilateral de suspensión de pagos. Entre ellos la Doctrina de la Deuda Odiosa, de Alexander Sack que, en 1927, determinó los argumentos para esta categorización.
Ante la crisis multidimensional del sistema capitalista que se presenta bajo formas cada vez más dramáticas: crisis alimentaria, crisis sanitaria, crisis ecológica, crisis económica, aumento del racismo, en fin, crisis civilizatoria. Situación agravada por la aplicación prolongada de políticas neoliberales llevadas a cabo, especialmente, bajo el pretexto del reembolso de la deuda, se pueden utilizar argumentos como los referidos al: El Estado de Necesidad, el Cambio Fundamental de circunstancias o Situación de Fuerza Mayor para la Suspensión Unilateral y soberana de la Deuda Pública. Y, reiteramos de ninguna manera apoyamos la propuesta de un canje por “Acciones Climáticas”, que conduce a una pérdida de soberanía sobre nuestros bienes naturales. Una verdadera mercantilización de la naturaleza a partir de la Economía Verde con los conocidos Bonos de Carbono, falsas soluciones como la Geoingeniería, que comprende un conjunto de propuestas tecnológicas para intervenir, a gran escala, en ecosistemas terrestres o marinos o en la atmósfera.
Es preciso desenmascarar a las ETN con altas emisiones de carbono que han ideado, en conjunto con gobiernos, diversas estrategias de “maquillaje verde” para aparentar que se preocupan por el cambio climático mientras que protegen sus inversiones y evitan hacer las necesarias reducciones de emisiones. Una de las principales herramientas retóricas utilizadas por la industria es el concepto llamado “emisiones cero netas” o la pretensión de “neutralidad climática”. Este “cero neto” asume que se puede continuar o incluso aumentar las emisiones si se “equilibran” mediante la remoción de carbono de la atmósfera y/o si se pueden resarcir a través de compensaciones de carbono. Esto no es más que un truco de contabilidad que justifica la extracción continuada de combustibles fósiles en lugar de reducir las emisiones de gases con efecto invernadero. Sobre estas engañosas bases, 2 mil de las mayores empresas del mundo han anunciado compromisos de “emisiones cero netas”. Empresas que tienen la expectativa y presionan para que en las negociaciones sobre el Artículo 6.4 del Acuerdo de París, se establezca un nuevo mecanismo de mercados de carbono y compensaciones (offsets en inglés). (Silvia Ribeiro) [2]
Nuestro posicionamiento es lograr la abolición de todas las deudas públicas ilegítimas, tanto en el Norte como en el Sur, NO debatir y/o movilizarnos por «Cambio de Deuda x Clima», moción presentada por gobiernos como el de Colombia y de Argentina en la reciente COP27, apoyada por algunas organizaciones y movimientos sociales y vista con simpatía por el supuestamente “generoso” FMI que no deja de profundizar sus condicionalidades.
Recordamos que la línea de actuación del CADTM Internacional se centra en la realización de las acciones siguientes:
a) Desarrollo de procesos de educación popular, de concientización y de autoorganización de los pueblos endeudados.
b) Puesta en marcha de auditorías de la deuda que integren la participación ciudadana y tengan como objetivo repudiar las deudas odiosas e ilegítimas.
c) La toma de decisiones unilaterales y soberanas de los Gobiernos que permitan detener el pago de la deuda, la reestructuren o la repudien a favor de la justicia social.
d) Por la ruptura de los acuerdos con el FMI y el Banco Mundial.
e) Por la creación de un frente unido de países para el impago de la deuda. Y no de un frente para llevar adelante la propuesta de “Cambio de Deuda x Clima” como se propuso en la última COP27 (Egipto)
f) Por el rechazo de cualquier tipo de condicionalidades impuestas por los prestamistas.
h) Por la devolución a los ciudadanos y ciudadanas de los países del Sur de los bienes malversados por los dirigentes corruptos del Sur, con la complicidad de las instituciones bancarias y de los gobiernos del Norte.
i) Por el pago, sin condiciones, por parte de las potencias del Norte de reparaciones económicas en concepto de Deuda histórica, social y ecológica acumulada con respecto a los pueblos del Sur.
g) Por acciones judiciales contra las Instituciones Financieras Internacionales (IFIs).
h) En caso de nacionalización de los bancos privados en quiebra, recuperación del coste de la operación sobre el patrimonio de los grandes accionistas y administradores.
i) Sustitución del BM, el FMI y la OMC por instituciones democráticas que den prioridad al respeto de los derechos humanos fundamentales en cuanto a la financiación del desarrollo, crédito y comercio internacional se refiere.
j) Derogación de los Tratados de Libre Comercio, de Inversiones o de Asociación, políticos, militares, etc. que hipotequen la soberanía de los pueblos y perpetúen los mecanismos de la dependencia.
Con respecto a los crímenes cometidos contra la humanidad, el comercio de esclavos y el saqueo colonial, exigimos reparaciones y la restitución de los bienes culturales u otros.
El CADTM afirma claramente que, para avanzar hacia un mundo socialmente justo y ecológicamente sostenible, es imprescindible salir del sistema capitalista y construir una sociedad donde la satisfacción de las necesidades sociales y ambientales estén en el centro de las opciones políticas.
Es necesario combatir al sistema capitalista que, durante los dos siglos transcurridos desde la revolución industrial, aplasta a los pueblos y provoca a escala mundial una crisis ecológica catastrófica.
Consideramos que la propuesta impulsada por varios gobiernos, algunos movimientos sociales y con el visto bueno de las IFIs es un mecanismo que agudiza la dependencia, profundiza la desigualdad y acrecienta la grave crisis climática.
Notas
[1] https://www.pagina12.com.ar/378914-que-son-los-canjes-de-deuda-verde
[2] https://www.etcgroup.org/sites/www.etcgroup.org/files/files/geoingenieria_en_las_negociaciones_sobre_el_clima.pdf
Fuente: https://www.cadtm.org/Por-que-el-CADTM-no-esta-de-acuerdo-con-el-instrumento-cambio-de-deuda-por