En esta emergencia planetaria el consenso científico mundial está siendo sacrificado a lo que la ecologista Rachel Carson llama “los dioses de la producción y el beneficio”. La única respuesta, como en el pasado, es un terremoto social desde abajo…
Mucho de lo que dicen Noam Chomsky, Miguel Fuentes y Guy McPherson me parece bien, pero no estoy completamente de acuerdo con ninguno de ellos. Mi visión de la emergencia ecológica planetaria comienza con el consenso científico mundial y se basa en una crítica de larga data del capitalismo, desarrollada de manera central por el materialismo histórico.
En cuanto al consenso científico sobre el cambio climático, los informes del Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático (IPCC) de las Naciones Unidas son los más importantes. Sin embargo, la emergencia planetaria no se limita al cambio climático, mi concepción abarca el conjunto de las fronteras planetarias que se están sobrepasando peligrosamente. Tal como vamos la tierra en un futuro dejará de ser un hogar seguro para la humanidad.
Ahora, en este artículo mis comentarios se centrarán en el cambio climático que hoy nos afecta a todos.
Según el Sexto Informe de Evaluación del IPCC (publicado en el transcurso de 2021-2022) ya no es posible que el mundo evite un aumento de 1,5° C en la temperatura promedio global. Puesto en el escenario más optimista Informe del IPCC, señala que las temperaturas promedio globales aumentarán una décima de grado más para mediados de siglo y aumentarán en 1,4°C para finales de siglo.
Por lo tanto, tenemos una ventana de tiempo muy pequeña para actuar. Básicamente, necesitamos reducir al máximo las emisiones globales de carbono para 2030 y alcanzar cero emisiones netas de carbono para 2050. Todo esto fue definido en detalle por el informe “Impactos, Adaptación y Vulnerabilidad”, el documento sobre Mitigación de abril de 2022 y el informe «AR6,» redactado sobre la base de la ciencia física.
Cambios en la temperatura global de la superficie en relación con 1850-1900 (IPCC, 2021)
Veamos, cada informe de evaluación del IPCC (AR1-AR6) tiene tres partes, cada una de las cuales se publica por separado y se presenta con un «Resumen para los responsables políticos». En el proceso, los científicos, por consenso, escriben un borrador completo del informe.
Pero, en el “Resumen para los responsables políticos”, la única sección del informe general difundida por la prensa, es reescrita línea por línea por las autoridades gubernamentales. Consecuentemente, el «Resumen para los responsables políticos» publicado no representa el consenso científico real, sino el consenso gubernamental, Este significa que el documento que es publicado ha desplazado y transformado el informe científico . Esto ocurre, especialmente con los temas de mitigación y con las políticas sociales, en estos casos los gobiernos han decidido borrar la casi totalidad de lo que determinaron los científicos.
Los gobiernos del mundo capitalista estaban particularmente preocupados por la parte 3 del AR6 que habla sobre Mitigación, ya que es, con mucho, un tratamiento radical, ya que los científicos proponen transformaciones a escala revolucionaria en producción, consumo y uso de energía (tanto en términos de escalas físicas como temporales).
El informe plantean que la temperatura media mundial no debe aumentar de ninguna manera en más 1.5 grados para que la humanidad evite un cambio climático fuera de control e irreversible. Si no logramos este objetivo vital, probablemente, la temperatura media global subiría para finales de siglo en 4,4 °C (estimación óptima) lo que llevaría al colapso de la civilización industrial. Al respecto, el Capítulo I del informe de Mitigación AR6 llegó a cuestionar el capitalismo como un sistema sostenible.
Sabiendo que los gobiernos estaban preparados para alterar el consenso de los científicos, los especialistas de Scientific Rebellion filtraron la parte 3 del Informe sobre Mitigación días antes del lanzamiento oficial del Documento de la ONU
Esta acción permitió conocer las conclusiones sociales radicales de los científicos del Grupo de Trabajo 3, quienes coincidieron en destacar la incapacidad de las tecnologías existentes y futuras para resolver el problema y en la necesidad de impulsar enormes transformaciones sociales para lograr como mínimo un aumento de un 1,5 grados de aumento de la temperatura global.
El consenso científico sobre Mitigación también señaló la importancia de los movimientos sociales , que involucran a jóvenes, trabajadores, mujeres, precarios, racialmente oprimidos y del Sur Global, que tienen poca o ninguna responsabilidad por el cambio climático pero, que sufrirán más que todo el occidente desarrollado. Todo estas conclusiones fueron eliminadas, y en muchos casos invertidas. Las autoridades gubernamentales hicieron una alteración casi completa de lo que los científicos habían determinado.
Por ejemplo, el borrador de consenso científico decía que las plantas a carbón tenían que eliminarse en esta década, mientras que el informe de consenso gubernamental lo cambió a: “la posibilidad de aumentar las plantas a carbón con avances en la captura y secuestro de carbono”. El consenso científico atacó los “intereses creados”, pero la versión publicada eliminó cualquier referencia a estos intereses. Más importante aún, el informe científico argumentó que se podría alcanzar el 1,5 °C si se busca soluciones de bajo consumo de energía, lo que requiere transformaciones sociales. Esto también fue eliminado el documento gubernamental publicado.
Las censuras y alteraciones realizadas por los responsables políticos nos dan una idea clara de dónde está la lucha y lo que tenemos que hacer. Hay un camino para salvar a la humanidad del desastre climatológico, pero el sistema mundial capitalista y los gobiernos, subordinados a las corporaciones y a los millonarios, están bloqueando ese camino. Lo hacen, simplemente, porque detener el aumento de la temperatura requiere un cambio socio-ecológico a escala revolucionaria.
Un terremoto social desde abajo
En esta emergencia planetaria el consenso científico mundial está siendo sacrificado a lo que la ecologista Rachel Carson llama “los dioses de la producción y el beneficio”. La única respuesta, como en el pasado, es un terremoto social desde abajo con erupciones volcánicas que deberían formar parte de una revuelta de la población mundial, y el surgimiento de un nuevo proletariado ambiental que lo abarque todo.
Hay obstáculos increíbles ante nosotros, sobre todo por el intento de movilizar lo que Wright Mills llamó “la retaguardia del sistema capitalista”, generando una política neofascista.Es cierto, hoy es imposible decir si seremos suficientes para salvar la tierra como hogar para la humanidad. Pero la lucha está comenzando. En esta lucha es posible que la humanidad gane, pero para ello debemos decidir “cómo nos unimos a la lucha.”
Nos enfrentamos a una situación históricamente inédita. Mientras tanto, se está gestando una revuelta ecológica mundial: cientos de millones, incluso miles de millones, participarán activamente en la gran lucha ambiental de nuestro tiempo. Queda claro, que a partir del consenso científico mundial plasmado en el informe de Mitigación la estrategia de modernización ecológica capitalista, financiada por impuestos globales al carbono y por la financiarización de la naturaleza, no sólo es ineficaz y tardía, sino también, son «soluciones» que están destruyendo la tierra como hogar de la humanidad.
Lo que Robert Pollin y Noam Chomsky han escrito sobre impuestos verdes y un Green New Deal Global es básicamente una estrategia de modernización ecológica capitalista con algunas características de transición, pero a la luz de los informes científicos «estas soluciones» no suficientes para hacer frente a la gravedad de la crisis y, en el mejor de los casos nos daría un poco más de tiempo antes del colapso.
Hasta la modesta propuesta de Pollin y Chomsky, está siendo resistida por los intereses creados: ven en ella “una amenaza para el sistema”. La clase capitalista está tan comprometida con el capital fósil que es incapaz de imaginar una estrategia de transformación climática. Lo que hacen es seguir arrastrando los pies, mientras construyen fortalezas para salvaguardar sus fortunas, intensificando el saqueo del planeta.
Los ilustres, Chomsky y McPherson, aunque realistas en muchos puntos, parecen haberse dado por vencidos. Sin embargo, la humanidad aún no se ha rendido ni creo que se rendirá. Como dijo Karl Marx, con bastante realismo, al denunciar la destrucción ambiental que los británicos provocaron en Irlanda la alternativa es : “ruina o revolución”.
Ahora sabemos que incluso en el escenario más optimista, constelaciones enteras de catástrofes ecológicas están sobre nosotros en las próximas décadas. Esto significa que las comunidades y poblaciones humanas necesitan organizarse en la base para sobrevivir a nivel local, regional, nacional y mundial.
Los problemas de supervivencia afectan más a las poblaciones marginadas, precarias, oprimidas y explotadas, aunque en última instancia amenazan a toda la humanidad. Es hora de tomar posición. Como escribió el gran revolucionario irlandés James Connolly: “ Se moderado”, “Solo queremos salvar la Tierra”.
John Bellamy Foster, profesor de Sociología de la Universidad de Oregón, EE.UU.
Fuente: https://rebelion.org/ruina-o-revolucion-se-moderado-solo-queremos-salvar-la-tierra/