Los retos de América Latina y el Caribe ante la crisis ucraniana
Presentación
En este nuevo número de nuestro Boletín Crítica jurídica y política en Nuestra América, se abordan dos temas de suma importancia en el momento actual para nuestra región. Por un lado, está la guerra de Estados Unidos (EEUU), la Unión Europea (UE) y la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) contra Rusia en Ucrania, la doble cara del derecho internacional en torno al uso de la fuerza en las relaciones internacionales y el posicionamiento de los países latinoamericanos y caribeños en torno al conflicto.
Se asegura que estamos ante la Tercera Guerra Mundial, de carácter híbrida, en la que Estados Unidos busca desesperadamente imponer su visión unipolar del globo bajo su dominio absoluto en un mundo que transita crecientemente hacia la multipolaridad. En ese contexto, el Gobierno de Estados Unidos ha afirmado específicamente, vía su presidente Joe Biden, que se acepta su dominio absoluto o la alternativa es la Tercera Guerra Mundial.
La guerra provocada por Estados Unidos y la Unión Europea al negarse a aceptar los legítimos reclamos de Rusia sobre la amenaza a su seguridad nacional que presenta la continua expansión de la OTAN hacia sus fronteras, no se limita a su contexto militar en Ucrania, país gobernado por un régimen nacionalista de derecha, peligrosamente habitado por elementos fascistas. También se han convertido a las sociedades y economías europeas en trincheras de este campo de batalla geopolítico.
Europa se convierte hoy en el Frente Atlantista de la estrategia imperial
estadounidense por detener el declive progresivo de su dominio unipolar, cuyo costo mayor tanto en términos de vidas y económicos lo pondrán los europeos. Estados Unidos se ha propuesto un cambio de régimen en Rusia y el desgaste de su capacidad para representar uno de los nuevos polos de poder dentro del mundo multipolar que se abre paso. Sin embargo, el objetivo ulterior de la estrategia imperial de Washington es China, foco central de un segundo Frente del Pacífico. Busca detener su ascenso vertiginoso como la primera economía del planeta, su creciente influencia global por medio de la magna iniciativa de la Ruta de la Seda y su consolidación, siendo país socialista, como uno de los principales polos de poder al interior del nuevo orden multipolar que entra en escena.
Nada de lo anterior se puede entender desde una perspectiva formalista y juridicista, sobre todo a partir de un derecho internacional que ha demostrado históricamente —sobre todo por las prácticas de las potencias imperialistas— estar configurado por hechos de fuerza más que por normas o principios abstractos. De ahí su doble cara como hecho de fuerza y norma, así como norma y excepción. Ello ha resultado en la escandalosa doble vara que caracteriza la aplicación del derecho internacional, en total desconocimiento del principio normativo de la igualdad soberana de los estados. Se hace así cada vez más imperativo que Latinoamérica y el Caribe se constituyan en uno de los nuevos polos independientes de poder en el nuevo mundo multipolar que ha irrumpido, para no terminar como Europa, subordinada a la voluntad y dictados de Estados Unidos como meros achichincles, bajo un orden internacional unipolar ya obsoleto que se fragmenta y debilita ante lo que emerge como nueva posibilidad histórica.
Por otro lado, está el análisis del acuerdo al que llegó recientemente el gobierno del presidente Alberto Fernández en Argentina con el Fondo Monetario Internacional (FMI), por medio del cual se tiende a validar lo que constituye una deuda ilegal, ilegítima y odiosa legada por el anterior mandatario Mauricio Macri. La vuelta del FMI a Argentina como regulador financiero de su economía vuelve a someter al país suramericano a los controles neoliberales del capital internacional. Y como ocurrió a comienzos del nuevo siglo, el pueblo se ha visto forzado a retomar las calles para empuñar sus protestas contra los efectos negativos que se espera tendrá el Plan de Ajuste pactado sobre sus trabajadores y el pueblo en general.
Por último, este número de nuestro Boletín cuenta con otras dos interesantes colaboraciones: la primera sobre el carácter “fronterizo” que asume la forma jurídica como expresión de un derecho insurgente y decolonial; y la segunda sobre la economía política de la penalidad en la América Latina.
Finalmente, aprovecho para informar a nuestros colaboradores y lectores que en el 2022 se estará publicando trimestralmente nuestro Boletín Crítica jurídica y política en Nuestra América, en vez de bimestralmente como hasta ahora.
Un abrazo fraternal,
Carlos Rivera Lugo
Editor