A 46 años del 24 de Marzo de 1976. Por Manuel Gutiérrez.

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Una muy breve reflexión en torno al tiempo histórico de la Argentina reciente.

Una vulgarización escolar,

parece hacer de la historia un 

 producto del tiempo

y no del tiempo un producto

de la historia

Pierre Vilar-  Marxismo e Historia.


Uno de los desafíos de la historia, de los historiadores, consiste en precisar los acontecimientos que marcan continuidades o rupturas en el proceso económico social y el impacto de los mismos en la estructura social.

En estos días de crisis profunda, con mayores penurias económicas sufridas por nuestro pueblo, sin propuestas desde el poder para tan solo apaciguar a las mismas, se suma al padecimiento económico, la angustia que provoca la ausencia de un horizonte superador de las actuales circunstancias. Una situación de tal gravedad que unifica en la lucha ideológica, la lucha de clases del pasado, el presente y el futuro.

Lucha en que se disputan significados sentidos y razones causales de la existencia misma como sociedad. Confrontación destinada a legitimar o cuestionar el orden establecido.

El 24 de Marzo y la crisis en desarrollo son acontecimientos que nos desafían para agudizar tanto el pensamiento como la acción para transformar la realidad.

Evidentemente una temporalidad lineal trazada en la historia  resultará no solo insuficiente, sino también incorrecta para tratar de comprender los desafíos del presente.

El 24 de marzo y la crisis en desarrollo reconoce diferentes temporalidades:

1945-1955 El Estado reconoce las demandas históricas de los trabajadores 

1955-1976 Ofensiva de capital sobre los trabajadores que resisten, desarrollando un reagrupamiento combativo, antiburocrático, potenciando una dinámica social popular que da sustento a proyectos insurreccionales, revolucionarios. Protagonismo creciente de la izquierda peronista y marxista.

1976- 1983 Terrorismo de Estado, derrota del movimiento popular y del Proyecto Revolucionario.

1983 a la actualidad. Democracia restringida por los intereses del capital concentrado  nacional e internacional. Gobiernos progresistas que no logran dar la vuelta de página y dejar atrás las la vigencia neoliberal.

Seguramente un tiempo lineal debería indicar, si cada uno de estos tiempos cierra o abre una nueva etapa. Tarea que nos podría deslizar a errores y lo que es peor a una deshonestidad intelectual.

Sin lugar a dudas el 24 de Marzo, marca un antes y después en las relaciones entre los diferentes niveles de la estructura (cultura, política, economía), pero el retorno a la democracia desde 1983 hasta el presente, no pudo ni terminar, ni limitar el poder de los grandes grupos económicos, ni romper con el Fondo Monetario Internacional.

El 24 de Marzo significó el aniquilamiento de los dirigentes populares y la represión de las organizaciones de base, pero no pudieron doblegar su capacidad de lucha y resistencia que continuó vigente: en la lucha de los piqueteros en los años ´90, la pueblada de 2001, la resistencia a los tarifazos, el movimiento feminista, las movilizaciones en defensa del hábitat, las movilizaciones contra el FMI.

Tomo un tiempo corto de 70 años. El tiempo de los pueblos y de las revoluciones es un tiempo largo, que se constituye cotidianamente. Señalando esto, lejos está mi intención de resaltar la “prudencia” de los tiempos, típico del posibilismo, justamente se trata de lo opuesto, de acelerarlos, apropiándonos del tiempo.

Manuel Gutiérrez. Docente del Profesorado IMPA.

Fuente: https://tramas.ar/2022/03/20/a-46-anos-del-24-de-marzo-de-1976/


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