http://www.redeco.com.ar/nacional/economia/23595-una-migaja-en-la-mesa-de-los-jubilados
(Fabiana Arencibia-Red Eco) Argentina- Su victimización y resistencia a esta leve medida paliativa para el bolsillo de nuestros ancianos y ancianas, contrasta con la continua rentabilidad que siempre han obtenido. Ganancias que le permiten por ejemplo al empresario argentino Alejandro Roemmers, dueño del laboratorio homónimo, festejar en febrero pasado sus 60 años con una lujosísima fiesta en Marruecos, con alrededor de 600 invitados para la cual gastó seis millones de dólares.
Pero saliendo de este dato de color (negro para los jubilados), los últimos datos de INDEC sobre la industria farmacéutica argentina muestran que en el cuarto trimestre de 2017 su facturación total fue de $ 25.859 millones. Esto significa que incrementaron sus ventas 23,1% en un año.
De ese total, $ 18.360 millones corresponden a facturación de producción nacional, ($ 16.751 para el mercado interno y $ 1.609 para exportación) y 7.499 a reventa local de productos importados.
Así, las ventas de producción nacional representaron 71 % y la reventa local de importados 29 % sobre el total de la facturación.
Como decíamos, esta situación no es nueva. “La actividad farmacéutica gozó en los últimos años de una rentabilidad muy elevada entre los sectores industriales e incluso superó a la automotriz y a la construcción, consideradas como las más dinámicas para el crecimiento del Producto Bruto Interno (PBI) desde 2005”, manifestaba a mediados de 2015 el titular de la Asociación Agentes de Propaganda Médica de la República Argentina (AAPM), Ricardo Peidró. En el año 2010, por ejemplo, “el promedio de la rentabilidad de la economía argentina fue del 7,4 % y, el de la industria farmacéutica, del 18,8 y hasta del 19,8 en el caso de las empresas exportadoras”, lo que significó que “la farma-industria creció 154 % en relación con la media de los sectores productivos”, agregaba.
Desde marzo de este año y hasta junio, el haber mínimo actualizado de un jubilado será de $ 7.660 y la prestación universal para el adulto mayor de $ 6.228 (otorgado a las personas mayores de 65 años que no cuentan con ninguna jubilación o pensión). Se le dará un bono por única vez este mes de marzo de $ 375 o $ 750 (dependiendo si se accedió al beneficio con moratoria o no, respectivamente).
El 80% de jubilados y pensionados recibe un haber inferior al necesario para adquirir la canasta básica de un adulto mayor. Si bien la jubilación mínima garantizada desde enero es el 82% del salario mínimo vital y móvil ($7.790), la incidencia de los medicamentos para los jubilados consumen 40 de cada 100 pesos de este paupérrimo haber que reciben.
Según una investigación del Sindicato de Farmacéuticos y Bioquímicos, un jubilado gasta por mes cerca de $ 3.000. El relevamiento tomó el precio de 18 marcas medicinales para tratar distintas dolencias de la tercera edad. El estudio incluyó drogas específicas para enfermedades crónicas como el Enalapril (para la presión), clonazepam (tranquilizante), tamsulosina (próstata), atorvastatin (colesterol), y medicamentos para aliviar dolencias menos graves (ibuprofeno y sildenafil) o incluso para fijar la dentadura postiza.
Los acuerdos del gobierno con los laboratorios
Este lunes el PAMI cerró con la Cámara de Industrias de Laboratorios Farmacéuticos Argentinos (CILFA) el acuerdo por el cual a partir del 1 de abril, los laboratorios rebajarán 5% el precio sobre los valores de los medicamentos vigentes a fines de febrero. Además se limitarán los aumentos durante 2018 a 70% de la inflación. También se establecieron “topes” para determinados remedios.
En términos similares se había cerrado el jueves de la semana pasada el convenio por un año con la CAEMe (Cámara Argentina de Especialidades Medicinales), entidad que agrupa firmas extranjeras.
“Será decisión de cada laboratorio si el precio de venta al público PAMI es igual o distinto del precio de venta al público aplicable al resto del mercado”, dicen los acuerdos con ambas cámaras empresarias. De esta manera los laboratorios se cubren de la posibilidad que otros sectores exijan la rebaja acordada con la obra social de los jubilados y pensionados.
El nuevo mecanismo de compra consiste en que el PAMI ya no negociara con las tres Cámaras (CILFA, Coperala y Caeme) juntas sino por separado; además se estipulara precios “techo” para determinadas drogas y se llamará a licitación particularmente para las compras de drogas oncológicas.
Eugenio Semino recordó que estas negociaciones se realizan todos los años y que ya hay un contrato con la llamada industria de los medicamentos que son las tres grandes cámaras. “Desde el 1997 tienen armado un mismo contrato capitado fijando las condiciones de pago, que nunca fue controlado y por el cual PAMI pagaba lo que decían los laboratorios. Este contrato lo encabezó desde entonces CILFA”, recordó el Ombudsman de la Tercera Edad quien agregó que además el PAMI es un tercio del mercado argentino para los laboratorios.
Respecto al precio, Semino comentó que las drogas básicas sobre las que se fija el precio son siempre extranjeras (tanto la de los laboratorios nacionales como no), o sea que “el gran componente activo del medicamento viene de afuera y ese costo, sugestivamente, en sus países de origen o en países de nuestra área geográfica es 200 o 300 % más barato que en Argentina. Nosotros tenemos una ley de Genéricos de 2005 y no hay reglamentación para su producción. Entonces los medicamentos son fabricados por laboratorios nacionales y extranjeros básicamente con el mismo genérico, tienen el mismo valor terapeútico pero distintos precios. Por esta quita del 5% – que puede llegar a tener un descuento de 20/30% en el precio de mostrador de farmacias- las empresas ya tuvieron un colchón de precios de 2015 a la fecha en el que aumentaron 170/180%”.