«El modelo productivo de la Argentina no va a cambiar con Macri»

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Mario Hernández

Mario Hernandez
Rebelión

M.H.:¿Para qué nos tenemos que preparar en cuanto a lo que serán las primeras medidas económicas que estimás va a adoptar el nuevo gobierno de Mauricio Macri?

J.G.: Ya está anticipando algunas medidas. Es una combinación de temas que trata de resolver algunas demandas que vienen planteadas por distintos sectores sociales. Lo primero que está anunciado es la eliminación de las retenciones a las exportaciones de carne, de maíz, de trigo, de girasol y una reducción progresiva que sería del 5% mensual de las retenciones a la soja. Esto es lo que vienen pidiendo los sectores agropecuarios que tienen guardada soja en silobolsas. Todo esto significa una importante cantidad de divisas. Esa es una primera medida para los sectores exportadores, que significa algo así como una devaluación, es mejorarle el precio de exportación de esos productos.

M.H.: Lo cual ya ha tenido impacto en los precios internos, en la harina, la carne, etc.

J.G.: Sí. La otra medida asociada a esto es la llamada “unificación del tipo de cambio” que la prensa traduce como “eliminación del cepo”. En realidad lo que Macri y sus economistas vienen diciendo es que van a unificar el tipo de cambio, van a intentar salir lo antes posible luego de asumir con un tipo de cambio mucho más alto que el dólar oficial actual y quizás un poco menos que el blue. Por eso el paralelo está bajando, anda por 14,50 pesos siendo que había llegado a 16 pesos por dólar. Hay una convergencia entre el máximo y el mínimo, más cerca del máximo y eso obviamente supone una devaluación, aunque el macrismo afirma que la devaluación ya la hizo el gobierno actual porque si hoy alguien quiere conseguir un dólar lo hace al precio del blue y por eso están aumentando los precios.

M.H.: ¿Es cierto eso?

J.G.: Sí. Cualquiera que va a un supermercado sabe que los precios son mayores, lo que subió fuertemente son los combustibles. Es YPF la que interviene en el mercado. Shell siempre se anticipaba a los aumentos de YPF y el ex Ceo de Shell, Aranguren, es el que va a manejar el tema energético en Argentina. Es difícil entender por qué aumentó el precio del combustible en Argentina cuando el precio internacional del petróleo está estancado o a la baja y, al mismo tiempo, Argentina le paga a las petroleras 77 dólares el barril contra 40 a nivel mundial. Muchas veces se habla del subsidio del transporte y de la energía, pero poco se habla del subsidio a las petroleras, que son todas extranjeras.

M.H.: Que encima están amenazando con despidos.

J.G.: Ayer se confirmó el cierre de Paraná Metal por parte de Cristóbal López, dueño de empresas de juego, de petroleras, uno de los sectores de la burguesía fuertemente relacionado con el kirchnerismo que se hizo cargo de la empresa en plena crisis. La decisión estaba por ser tomada el 30 de octubre pero como se fue a segunda vuelta, la patronal decidió esperar al 30 de noviembre para ver qué pasaba el 22. Yo lo traduje en su momento como un chantaje por parte de la empresa sobre los trabajadores y la propia comunidad de Villa Constitución para inducir a los trabajadores de la zona a que no se perdiera una fuente de empleo tan importante, aunque ya estaba bastante reducida, había llegado a 200 trabajadores cuando hace unos años había llegado a tener 900. La realidad es que se acaba de confirmar el cierre. Por otro lado sigue vigente el conflicto de Cresta Roja.

M.H.:Eso ya afectaría a muchísimos más, son 3.500 trabajadores más los empleos indirectos que suman alrededor de 5.000 familias.

J.G.: Por eso pongo ambos ejemplos, más allá de la diferencia de cantidad de trabajadores, porque se evidencian dos conflictos que muestran una situación del sector empresario en general. Veníamos de dos años de desaceleración del sector productivo industrial, especialmente en el sector automotriz, que tampoco está vendiendo porque están esperando lo que pase con la cotización de la divisa y cómo arranca el nuevo gobierno.

M.H.: A lo que agregaríamos la situación del empleo público.

J.G.: En cuanto al empleo público, mañana 2 de diciembre hay una movilización de la Central de Trabajadores Argentinos, vinculado al conflicto de la judicialización de la protesta en Tierra del Fuego y el día 3 un paro nacional de ATE asociado a trabajadores que se consideran en situación de contratos poco claros que expresa la informalidad que hay en la contratación del Estado. O sea, antes de la asunción del nuevo presidente hay un paro nacional de ATE que anticipa la conflictividad de muchos trabajadores del Estado que están buscando la forma de resolver su ecuación a futuro.

El tema del empleo aparece muy complejo asociado a que no tenemos cuentas claras en el INDEC. Habrá que ver cuáles son las medidas, aspiramos a que haya una normalización del INDEC y que de una vez por todas las cifras sean fidedignas. Por eso señalo que las primeras medidas son las que venía reclamando el poder económico, como la eliminación o reducción de las retenciones, como es la unificación del tipo de cambio que supone una devaluación y afecta a los ingresos más bajos de la economía; recordemos que más de la mitad de los trabajadores en Argentina ganan menos de $ 6.500 por mes.

Todo hace pensar que se va a compensar la medida de alguna manera con el aumento del mínimo no imponible del impuesto a las ganancias, algo que favorece en principio a un millón de trabajadores que son los que están contribuyendo por la cuarta categoría del impuesto a las ganancias. Se establecería un mínimo en torno de los 30/40.000 pesos cifra a partir de la cual se pagaría, esto es un beneficio para una parte relativamente pequeña del conjunto de los trabajadores en la Argentina, pero suponen que con eso podrían compensar recaudación por el IVA, porque mucho de eso se iría al consumo y compensaría la falta de recaudación que supone la baja de las retenciones y, por otro lado, se intentaría terminar o limitar los subsidios principalmente a la energía.

Hay que recordar que Cristina intentó lo mismo en 2011 con la “sintonía fina”, que finalmente no avanzó porque una cosa es decir que son subsidios muy importantes para sectores medios y medios-altos de la Capital Federal o de la Zona Metropolitana, pero después hay que aplicarlo y ver cuál es el impacto socioeconómico que genera. Creo que el macrismo lo que ha hecho durante este último tiempo es ir ganando en consenso político, en algún momento nos podíamos imaginar que el macrismo se venía con un ajuste de shock, sin embargo, todo indica que van a una situación de gradualismo. Por otro lado, la sorpresa ha sido la continuidad del Ministro de Ciencia y Tecnología.

M.H.: A mí no me sorprendió. Yo tenía como columnista al Dr. Andrés Carrasco con el que un día hablamos de Lino Barañao, militante del Partido Socialista, quien sostiene que se puede tomar un vaso de glisfosato y no pasa absolutamente nada, porque sería como beber agua con sal.

J.G.: Es como el Secretario de Minería que dijo lo mismo respecto de la solución cianurada que derramó la Barrick Gold en Jáchal a principio de septiembre. Es importante lo que contás porque yo digo que causó sorpresa pero en seguida se devela cuando la propia Cristina Fernández dice que la política científica y tecnológica es una política de Estado, cuando se dice esto significa que oficialismo y oposición coinciden, es decir, que el viejo oficialismo coincide con el nuevo oficialismo a partir del 10 de diciembre en un tema tan estratégico como éste. Cuando uno ve el perfil de Barañao con esto que señalas, se explica la gran satisfacción de Monsanto, cuyo Ceo dijo frente a Cristina Fernández, que Argentina es uno de los países que mejores condiciones políticas ofrece para los eventos transgénicos, para el aliento a la biotecnología. La realidad es que el modelo productivo de la Argentina es lo que no va a cambiar en el futuro con Macri.

M.H.: A pesar de que a Organización Mundial de la Salud ya dio a conocer que el glisfosato es un cancerígeno.

J.G.: Y los datos de Monte Maíz, en la provincia de Córdoba lo demuestra. También las movilizaciones de los pueblos fumigados.

M.H.: El Dr. Medardo Avila Vázques, de Córdoba, referente de los médicos de los pueblos fumigados hizo una presentación en la Comisión interamericana de Derechos Humanos en relación a este problema.

J.G.: Es muy importante difundirlo. La conclusión que estoy elaborando en múltiples notas que me están haciendo en estos días es que Mauricio Macri va a cambiar algunas cuestiones de la política económica pero no la estructura económica construida en los últimos 20 años en Argentina. Esto significa que la tendencia a la sojización, la megaminería y el fracking para la explotación de los hidrocarburos va a continuar. Que la tendencia al incremento del endeudamiento externo va a continuar e incluso va a aprovechar este escaso peso relativo de la deuda externa en la Argentina actual y, por lo tanto, se va a profundizar la línea estructural que empezó hace 40 años, que se potenció en los ´90 y que se desarrolla con mucha fuerza en la actualidad.

Van a cambiar algunos temas de política económica, como las retenciones, como es el mínimo no imponible del impuesto a las ganancias, como la política de los subsidios y algunas otras cuestiones que la coyuntura política o el contexto social le permitan como, por ejemplo, el intento del actual Ministro de Trabajo de ir por un pacto social. Hay que pensar que el 14 de diciembre, con nuevo gobierno asumido, viene el titular de la OIT y el principal tema es la presión patronal y gubernamental para terminar con el derecho de huelga y viene invitado por la Unión Industrial.

Cada vez que ha habido pacto social en Argentina, siempre perdieron los trabajadores. El macrismo va a modificar todo lo que pueda con la mesura del consenso escaso que logró en estas elecciones, y digo escaso no solo por la poca diferencia contra Scioli, sino porque muchos de los votos de Macri fueron en contra de Cristina, así como muchos de Scioli fueron contra Macri.

En Argentina no hay derechización de la sociedad, creo que hay derechización de las propuestas políticas

M.H.: Te quiero hacer una corrección a uno de tus últimos trabajos, “Macri va a ser el próximo presidente de la Argentina”, donde señalás un resultado final, que fue un poco menor.

J.G.: Tenés razón, pero no modifica la esencia del argumento. Yo digo algo así como que la mitad de los votos de Macri no se pueden considerar, a priori, de derecha. Polemizo con aquéllos que dicen que hay una derechización de la sociedad, creo que lo que hay es una derechización de las propuestas políticas que hay en Argentina. Que después de 12 años de kirchnerismo se llegue a una oferta entre Macri y Scioli deja claro que lo que se derechizó es lo que ofrecen. En el artículo que mencionás yo hablo de una transversalidad hacia la izquierda, el kirchnerismo, y una transversalidad hacia la derecha, el macrismo, que inclusive son las dos novedades del 2001 hacia acá, lo que nos pone el desafío, a quienes nos consideramos de izquierda, anticapitalistas, antiimperialistas, de que el legado del 2001 no puede estar en manos de una coalición PRO capitalista hacia la derecha o PRO capitalista hacia la izquierda, porque el mismo Néstor Kirchner fue quien propuso en 2003 reconstruir el capitalismo nacional.

M.H.: Pero también es legado del 2001 la reacción de los trabajadores de La Nación.

J.G.: Totalmente de acuerdo, eso también lo pongo en el artículo que mencionabas porque demuestra que la sociedad argentina está más cerca del 2001 que del ´90. Por eso también polemizo con aquéllos que afirman que con Macri se vuelve a los ´90, creo que no, no porque Macri no quiera hacerlo, sino porque la sociedad argentina no está para eso y como bien sugerís, muchos de esos trabajadores que hicieron la asamblea en La Nación y se opusieron a la editorial del diario reclamando amnistía para los genocidas, es muy probable que hayan votado por Macri. Entonces, la sociedad no está retrocediendo hacia los ´90. Una cosa es lo que Macri quiera, o su programa, o los que lo sustentan quieren llevar adelante y otra es lo que la sociedad lo va a dejar hacer.

Otra polémica, muchos dicen que ahora gobiernan directamente las empresas, es cierto esto, sin embargo, YPF está en manos de Galuccio que es un hombre de las petroleras, la Secretaría de Minería está en manos de un hombre fuertemente vinculado a las mineras. No es cierto que en el gobierno actual había una burocracia al margen del poder económico, creo que el poder económico tenía fuerte peso, sino no se entiende lo de Lino Barañao y sus vínculos con el glifosato y Monsanto. Creo que ni tanto ni tan poco, y todo esto que digo para mí es importante, porque no es una cuestión de pesimismo u optimismo. El kirchnerismo todavía gobierna, con lo cual esta escalada de precios, bien podría generar una represalia fuerte, inspecciones y denuncias del poder político actual por la remarcación indebida de precios. No me imagino a YPF aumentando los precios sin el acuerdo de la Secretaría de Energía, del Ministerio de Economía y la Presidencia de la Nación. Algo del incremento de precios que le están endilgando a Macri, que sin dudas va a ser más proclive a las demandas de las empresas que de los trabajadores, pero hoy todavía hay un gobierno que debería estar interviniendo sobre estas cuestiones.

El mensaje que debemos llevar es que la gran asignatura pendiente del 2001 para acá, y que está en esa reserva realizada por la asamblea de La Nación, es el movimiento popular que tiene que seguir una perspectiva de organización, de lucha y proyectando un imaginario, que no alcanza la lucha contra el neoliberalismo, hace 12 años que se habla en su contra pero no se habla de lo que representa el orden capitalista contemporáneo.

Lo que pasó en Argentina puede anticipar problemas similares en otros países, en Uruguay si no es por la movilización del PIT-CNT pasa la inserción de Uruguay en el TISA, también hay repudios muy importantes en este momento contra las declaraciones del ex canciller Almagro que ahora está al frente de la OEA y se hace eco de unas cuantas críticas a Venezuela.

Macri ha anticipado que va a ir en contra de Venezuela en la próxima reunión del Mercosur, que ya le ha contestado que no le va a dar lugar a esa denuncia, pero Macri actúa políticamente, lo dice para intervenir en las elecciones del 6 de diciembre en Venezuela. Por eso para América Latina y para Argentina, lo que hace falta es empezar a hablar un poco más de lo que representa el orden capitalista contemporáneo y trazar un horizonte de lucha contra el capitalismo.

El capitalismo actual es un capitalismo de la barbarie

M.H.: Esto es muy importante, porque el tema de la organización y la lucha ya existen y, en ese aspecto, estamos mejor que en el 2001, lo que falta es esta proyección. Una de las críticas que le hago a la campaña del FIT por el voto en blanco, y en esto coincido con Guillermo Almeyra, es que no tuvo una propuesta política programática anticapitalista. El problema en el que estamos y en el que hay que ponerse a trabajar seriamente es con qué propuestas políticas programáticas vamos a encarar la situación que indefectiblemente vamos a tener que enfrentar en Argentina.

J.G.: Absolutamente de acuerdo. Mucha gente tiene miedo de formular una propuesta de carácter anticapitalista, es lo que dijo Chávez en el 2005, “el capitalismo no tiene solución para los pueblos de América Latina, por eso la perspectiva del socialismo del Siglo XXI”. Si una crítica hay que hacer a Venezuela es cuántas dificultades hay en la propia conducción venezolana para avanzar en un camino de carácter anticapitalista, de profundizar propuestas de carácter anticapitalista que suponen romper el modelo productivo de la primarización de las exportaciones, de la subordinación a los capitales transnacionales, de un modelo productivo como el de la Argentina de la sojización, la megaminería, el fracking y un ariete de todo eso es la vuelta al endeudamiento que es lo que se viene, primero pagarle a los fondos buitres que va a suceder seguro durante la primera semana en Estados Unidos y a partir de ahí que venga el visto bueno para los créditos baratos, o sea, pagar menor tasa que la que veníamos pagando, pero aún así muy elevada a lo que es el crédito internacional en la actualidad.

M.H.: Creo que hay que ponerse a trabajar seriamente sobre las propuestas frente a cada una de las cuestiones, primero empezar por los grandes temas, alternativas a la sojizacion, al fracking, a la megaminería como señalás, armar equipos de trabajo con criterio amplio.

J.G.: Absolutamente. En mi carácter de Director del Instituto de Estudios y Formación de la CTA Autónoma, el próximo 16 vamos a empezar un debate federal sobre pensamiento crítico en Argentina, vamos a constituir nodos de discusión en todo el país para discutir críticamente el país que tenemos y qué hace falta para superar esta situación de dependencia, subordinación a la transnacionalización de la economía y proyectar una concepción amplia, democrática, de la izquierda, antiimperialista, anticapitalista.

En marzo del año que viene se cumplen 40 años del golpe del 76 y el proyecto de la dictadura es lo que está avanzando en Argentina hace 40 años. El año que viene además es el centenario del libro de Lenin sobre el imperialismo y hay que discutir por lo tanto qué es el imperialismo actual. Es la Barrick y su derrame en Jáchal, en San Juan, es Monsanto y la dominación del paquete tecnológico de las transnacionales de la alimentación o la biotecnología en el modelo agrario en la Argentina, es Chevrón y todas las transnacionales del petróleo, incluida la que proviene Galuccio, que es una empresa de servicio de las petroleras y que hoy le interesan los hidrocarburos no convencionales e ir contra Venezuela porque lo que está en juego es quién maneja el petróleo mundial y Estados Unidos y las transnacionales tienen interés en que no haya territorio donde haya petróleo, Argentina, Venezuela o la zona del Medio Oriente, donde la administración de ese recurso es estratégica, donde no tengan control. Por eso hay guerra en el mundo, por eso hay militarización, por eso hay este drama de los inmigrantes intentando entrar a Europa para una mínima condición de vida, que demuestra que el capitalismo actual es un capitalismo de la barbarie.

M.H.: Al respecto, la CTA hizo una importante actividad en junio.

J.G.: Sobre la deuda externa, 4 y 5 de junio. Y hoy se hizo una conferencia de prensa en el Parlamento a las 4 de la tarde, donde Claudio Lozano presentó un informe en minoría, porque la Comisión Bicameral incumplió con la presentación de su informe sobre la deuda externa que venció ayer lunes. La asamblea por la suspensión de los pagos de la deuda hoy convocó a esa conferencia de prensa para manifestar también que el movimiento por la suspensión de los pagos y la investigación de la deuda es un tema pendiente. Veremos si esa Comisión Bicameral continúa en el próximo Parlamento, porque varios de sus integrantes ya no van a ser legisladores, no solo Lozano que vence su mandato el 10 de diciembre, sino que el presidente Calcagno tampoco va a seguir siendo legislador. Más allá de todo esto lo que importa es lo que el movimiento popular asuma para seguir denunciando lo que es la estafa de la deuda.

M.H.: Yo recuerdo que en esa actividad, no solamente se habló de la deuda, sino que se tocaron muchos temas, se llegaron a conclusiones muy interesantes en distintas comisiones y eso no ha tenido la publicidad que se merece.

J.G.: Es verdad, es un déficit. No solo se lo voy a adjudicar a la prensa hegemónica, porque no le interesaba difundirlo, ni al oficialismo ni a la oposición.

M.H.: Me refiero no solo a la difusión de la prensa y los medios, sino a sacar una publicación. Porque ahora vamos a estar el miércoles 16 de 15:00 a 20:00 discutiendo y van a salir seguramente conclusiones muy importantes.

J.G.: Exactamente y el tema es cómo se instala en la sociedad.

M.H.: Y cómo construimos herramientas que lo hagan posible.

J.G.: En eso vos podés ayudar mucho porque sos un editor consecuente, estás también en la radio y creo que debemos generar una mayor articulación política popular. Recién mencionabas a los partidos políticos, creo que todos tenemos que hacer un balance crítico desde 2001 hacia acá, barajar y dar de nuevo y generar condiciones para un proceso de unidad de la izquierda política, social, intelectual, que actúa en los movimientos sociales. Porque como bien decís, la organización y lucha del movimiento popular es inmensa, lo que necesitamos es que eso tenga una densidad de proyecto político muy fuerte y que en corto plazo esté en condiciones de disputar consenso de la sociedad porque sin ello no se puede pensar en un proyecto alternativo con perspectiva de éxito.


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