La sociedad contemporánea se encuentra en un proceso de crisis, de transformación y ajustes, pero también de construcción de alternativas al orden neoliberal consolidado durante los últimos cuarenta años, tanto en América Latina como en el mundo, por acción de gobiernos civiles y/o militares. Las consecuencias de la implementación de este modelo plantean importantes desafíos para los movimientos populares y especialmente para los trabajadores y trabajadoras, retos derivados de las profundas y rápidas transformaciones ocurridas en el mundo del trabajo, en las relaciones entre desarrollo y naturaleza, pero también en las estrategias de participación política de los sectores progresistas.
Como analiza Claudio Iturra en la primera parte de este libro, el triunfo y construcción de hegemonía del liberalismo por sobre el proyecto socialista, tuvo como consecuencia directa la fragmentación del campo popular y su horizonte solidario. En su artículo, “La contrarrevolución capitalista. Origen, naturaleza y alternativas”, el autor da cuenta de los profundos cambios estructurales del período inaugurado con el fin de la Guerra Fría, y de sus efectos en las ‘transformaciones del proceso de trabajo’, que han tenido como principal resultado el aumento sostenido de la explotación – derivada de la promoción desde los Estados de políticas de flexibilización y precarización laboral – y las enormes dificultades que deben enfrentar hoy los trabajadores para fortalecer sus organizaciones.
Planteado el desafío, la segunda sección se orienta a caracterizar la ‘barrera’ del neoliberalismo y la crisis socio-ambiental. El ‘mal desarrollo’, junto con el aumento sostenido de las tasas de explotación, ha sobreexplotado también la naturaleza.
El problema de la crisis ambiental cuyos antecedentes pueden rastrearse tras la
Segunda Guerra Mundial, puso en discusión las estrategias de desarrollo y las responsabilidades que tuvieron en su generación y efectos los países industrializados, frente a los países primario-exportadores del Tercer Mundo, autoconcebidos como víctimas de un orden mundial injusto. Estos son los debates y propuestas que recoge, el artículo de Fernando Estenssoro, titulado, “Antecedentes y proyección de la confrontación norte-sur en el debate político-ambiental”, aportando además elementos que permiten evaluar los resultados que tuvieron estas discusiones y las proyecciones de un debate contingente.
Maristella Svampa en su artículo “¿El desarrollo en cuestión? Algunas coordenadas
del debate latinoamericano”, analiza lo que describe como una nueva fase de acumulación capitalista, haciendo referencia al período de los últimos 15 años. Fase caracterizada por un nuevo patrón de acumulación basado en la sobre explotación de los recursos naturales, en la exportación de bienes primarios a gran escala, el aumento de los emprendimientos de empresas multinacionales y la ocupación intensiva del territorio con monocultivos. Esto, favorecido por un contexto internacional de alza del valor de los bienes primarios y por un aumento en su demanda, escenario en el que aparece China como la principal potencia importadora. De este modo, el discurso desarrollista reaparece con fuerza en la actualidad, en la forma del paradigma neoextractivista.
Svampa analiza las consecuencias que este modelo ha tenido para las formas de producción locales o regionales. Mostrando el impacto de este nuevo paradigma sobre los Derechos Humanos y el ejercicio de la ciudadanía, tanto en los países de gobiernos progresistas como en los de cariz neoliberal o conservador, en los que el modelo neoextractivista ha generado un número creciente de conflictos socio ambientales y territoriales que han tenido como respuesta, la afirmación de una matriz explícitamente extractivista – política definida por la autora como el ‘Consenso de los Commodities’ – y una tendencia hacia la criminalización del conflicto y el control de la participación social, marcando un tránsito – incluso de los gobiernos más progresistas – hacia modelos más tradicionales, como el nacional-popular o el nacional-desarrollista.
Frente a este nuevo escenario, Svampa plantea la urgencia de analizar el impacto de este giro en las narrativas emancipatorias surgidas a partir de los movimientos sociales anti neoliberales desde el 2000, encaminados hacia la generación de un nuevo pacto social – principalmente los casos de Bolivia, Ecuador y Venezuela -, en donde las expectativas generadas terminaron por chocar con la expansión del capital.
Además de analizar las consecuencias que este giro está teniendo en la instalación de ‘nuevas problemáticas y paradojas que tienden a reconfigurar el horizonte del pensamiento crítico’ latinoamericano, en donde comienzan a aparecer posiciones ideológicas cada vez más antagónicas.
Sin embargo, y a pesar de la tensión entre el avance de proyectos progresistas en América Latina y el contexto de globalización económica, se han logrado instalar en diversos países, propuestas alternativas al desarrollismo y al neoliberalismo que paulatinamente han ido permeando el debate regional, propuestas que surgen principalmente de los movimientos sociales compuestos por de sectores populares e indígenas. Hablar hoy de Buen Vivir, Bienes Comunes, Democracia Comunitaria, Derechos de la Naturaleza, no parece un simple discurso populista, si no que están teniendo manifestaciones concretas en el desarrollo de políticas públicas y en la propia institucionalidad estatal. No obstante, el gran problema sigue siendo hasta ahora la reafirmación de la naturaleza de la matriz productiva primario exportadora, y las alternativas que se vislumbran se orientan hacia su regulación antes que a su sustitución.
Edgardo Fuentes y Antonio Mascaró en su artículo “Más allá de la racionalidad económica: la tendencia extractivista en las políticas públicas y la crisis de los biorecursos marinos en Chile”, analizan cómo, para el caso chileno, este modelo comienza a tener expresión en la planificación estatal, y las consecuencias socioambientales que tiene la actual explotación industrial de los recursos bioceánicos, tanto para las formas de producción locales (pesca artesanal) como para la población nacional en general, en la perspectiva de la importancia estratégica de estos bienes comunes para la seguridad alimentaria.
En un contexto general marcado por el aumento de los conflictos socio-ambientales como consecuencia del modelo neoextractivista y del refuerzo de la ideología del desarrollo, la tercera parte de este libro da cuenta de algunas experiencias que abren brechas y permiten pensar y construir alternativas al modelo neoliberal y neoextractivista en América Latina.
Camila Berríos y Viviana Cuevas en su artículo “El petróleo y la resistencia indígena en Ecuador”; junto con la Campaña Permanente Contra los Agrotóxicos y Por la Vida en su artículo “Construção da resistência brasileira ao avanço do capital no campo”, describen y analizan la trayectoria de estos conflictos y resistencias en los casos de Ecuador y Brasil.
Karla Díaz y Pablo Chacón en “Buen Vivir en América Latina. Naturaleza, Comunidad y Conflictos Ambientales”, analizan uno de los aspectos centrales de los conflictos socioambientales: la relación capital-naturaleza. Los autores reflexionan sobre las posibilidades que abren las experiencias Constitucionales de Ecuador y Bolivia, al situar a la naturaleza como nuevo sujeto de derecho, para pensar un horizonte civilizatorio alternativo y endógeno para la región, basado en formas de organización comunitaria y solidaria que tengan como meta o referencia modélica elementos propios de la cosmogonía de los Pueblos Indígenas Latinoamericanos, ideas que cristalizan en la noción de Buen Vivir. Experiencias que se expresan y se construyen en un enfrentamiento directo con el paradigma de la modernidad, el progreso y el desarrollo occidental, en un movimiento decolonizador, principalmente desde su componente indígena – países en los que se manifiesta con mayor fuerza -, con avances político-institucionales importantes, pero que sin embargo
no logra avanzar contra el capital ni romper la relación de dependencia fundacional creada por un patrón de poder que es colonial y de carácter mundial. Sin embargo, los avances promovidos durante los últimos quince años desde los movimientos sociales y de amplios sectores ciudadanos opositores al modelo de desarrollo neoliberal en Latinoamérica, no se han dado solo en el marco de los conflictos ambientales o territoriales locales; si no que también han vehiculizado sus demandas por la vía institucional, en un esfuerzo por restituir y fortalecer – tras largos
períodos dictatoriales – los sistemas democráticos accionando los mecanismos estatales existentes.
Romina Álvarez y Andrés Arce en su artículo “Desarrollismo y alternativas. Los casos de Chile y Uruguay en tres momentos: dictadura, neoliberalismo y reformismo”, dan cuenta de la trayectoria de las estrategias de resistencia de los movimientos sociales a las políticas económicas en la historia reciente de ambos países, estableciendo comparaciones que por la similitud de los casos permiten proyectar algunas observaciones y propuestas. Frente a las alternativas posibles al modelo de desarrollo neoliberal y neoextractivista, este artículo plantea consideraciones y propuestas para quienes han sido históricamente activos catalizadores de las grandes transformaciones sociales: los trabajadores. La democratización de las sociedades latinoamericanas es un elemento central para la construcción de futuro, en este sentido, el artículo de Pablo Canelo, “Posibilidaes y limitantes de la Democracia en Chile: el caso de los Consejos Locales de salud”, constituye una propuesta problematizadora de los límites y alcances de la democracia liberal, versus la participación democrática real, aplicado al ejemplo de los Consejos locales de Salud, como experiencias que tensionan la organización democrática desde ‘abajo hacia arriba’.
El artículo de la Fundación de Investigaciones Sociales y Políticas (FISyP), titulado “Nuevas Formas de Organización Obrera”, reseña algunas experiencias organizativas que evidencian las posibilidades que tiene el movimiento de trabajadores en la actualidad y de sus proyección a largo plazo, tanto para resolver la coyuntura como grandes problemas derivados de la globalización neoliberal, que surgieron a partir de las crisis sociales en la Argentina del 2007-2008, como respuesta a los ‘mecanismos de dominación del capital’.
Finalmente, el artículo de Francisco Rivera: “Antecedentes, coyuntura y construcción de alternativas al neoliberalismo”, realiza una síntesis de la trayectoria del movimiento obrero chileno desde su creación hasta la actualidad, a fin de entregar algunos elementos que permitan comprender el complejo escenario que enfrenta el movimiento sindical chileno en el actual gobierno reformista de la Nueva Mayoría.
En el centro de las preocupaciones planteadas hasta aquí, se encuentra la pregunta
por un futuro posible, pensado desde las distintas realidades Latinoamericanas.
Existe claridad en el diagnóstico: El avance del capital promueve en la actualidad el retorno a prácticas que tienden a confundirse con el antiguo desarrollismo y que se han sustentado en la concepción y práctica del neoextractivismo. Se debe avanzar hacia la lectura del escenario actual con claves de presente, revisitando experiencias pretéritas, para desde ahí analizar las experiencias de progresiva conflictividad social y rearticulación de los movimientos populares – esta vez más diversos y con mayores tensiones internas -, frente a los cuales tanto el capital como los gobiernos de la región reaccionan a través de la violencia, el control de la participación social y la criminalización de la protesta. Por cierto que la historia no se repite, pero avanzar en la transformación de las realidades de cada una de nuestras sociedades, a pesar de las condiciones dadas, constituye un desafío a ‘saltar la barrera’ del Neoliberalismo, a construir y perseguir un horizonte de profundización democrática que, paulatinamente, vaya transformando los diagnósticos en proyectos. Este libro, pretende ser una contribución a ese impulso.
LOS COORDINADORES
Santiago de Chile, verano del 2014