Para Rigane, «no se nacionalizó YPF sino las acciones»

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FeTERA

-¿Qué se puede extraer del Congreso de la FeTERA?

– Bueno, la verdad es que para nosotros, que venimos construyendo esta organización desde 1995, el Congreso que es el 15º en cuanto a extraordinario ha sido altamente importante y significativo. Porque nosotros venimos trabajando en juntar un poco los pedacitos que se generaron producto de la política neoliberal de los `90. Aunque esta política no desapareció y esto generó un claro perjuicio para el conjunto de los trabajadores del ámbito de la energía, producto de la privatización y la extranjerización de todo el sistema energético; significó una cantidad numerosa de despidos, de gente que quedó afuera de la producción. Con esta organización, nosotros venimos tratando de recuperar a los trabajadores, aquellos que de una u otra manera estaban vinculados al ámbito de la energía, y esto nos ha posibilitado tener en el mismo ámbito distintos representantes sectoriales de la energía y nos posibilita y habilita a tener una mirada mucho más amplia, mucho más general y por lo tanto entender mejor lo que pasa en un ámbito donde hay una crisis tremenda. También, ver las perspectivas, aparte del diagnóstico, de cómo salir de esta situación de crisis en que está Argentina desde ya hace bastante tiempo.

Así que tiene aspectos importantes en ese sentido y luego, por supuesto, todo lo que tiene que ver en las iniciativas políticas y gremiales en relación a la situación del Movimiento Obrero, y adoptamos decisiones y podemos analizar temas y problemas de cómo salir de esta situación.

-La Argentina está en una encrucijada, ¿no? En cuanto a energía, por donde se lo mire.

– Sí, primero tenemos un problema que es la matriz energética. Argentina tiene una fuertísima dependencia de los hidrocarburos. Y cualquier país en el mundo, para tener mayor autonomía y no tener dependencia como tiene Argentina de los hidrocarburos, es necesario tener una matriz energética diversificada. Es decir, que tenga desarrollo y presencia los hidrocarburos, pero que tenga presencia lo hidroeléctrico, que tenga presencia lo nuclear y que tenga presencia lo alternativo, en la medida de las posibilidades.

Hay energías que pueden usarse como base de sostenimiento de sistemas y otras que tienen capacidades, no para hacer base pero sí para actuar en momentos de mayor demanda. Lo que denominamos “pico”. Pero esa diversificación no existe y por lo tanto tenemos una altísima dependencia de los hidrocarburos: casi el 90%, particularmente del gas. Por eso la importación del gas es tan alta, con un alto costo. Al mismo tiempo, habiendo perdido el autoabastecimiento producto de las políticas que permitieron la exportación, como ahora, se permite la exportación de crudo cuando no tenemos petróleo. Estamos importando combustibles como naftas especiales, diesel y esto es una contradicción tremenda porque sacamos la materia prima fronteras afuera y después tenemos que estar importando los combustibles ya procesados.

-Ya que hablamos del tema de los combustibles. ¿Cómo analiza la nacionalización, si se puede llamar de alguna manera, de YPF?

– En Argentina se desarrolló el proceso de la privatización. Argentina dejó de tener empresas nacionales, empresas del Estado, no hay ninguna Sociedad de Estado, no hay empresas públicas. Por lo tanto, ahí hay una tergiversación por parte del gobierno cuando se habla de nacionalizar. Porque eso no es cierto, lo que hay es recuperación, en caso de YPF, de las acciones. Se ha recuperado el 51% de las acciones.

La empresa sigue siendo una Sociedad Anónima y sigue teniendo repartida 49% de las acciones restantes con otros socios, entre las que está el propio Repsol con el 12%. Eso me parece importante clarificarlo porque si no se tergiversa el concepto de lo que significa una empresa pública, una empresa nacional, una Sociedad del Estado, que son empresas que deberían estar absolutamente controladas por el Estado Nacional y para nosotros ese tipo de empresa debería estar totalmente socializada. ¿Qué pretendemos decir con esto?, que tenga participación el usuario, que tengan participación las organizaciones que se ocupan y se preocupan por el medio ambiente, que tengan participación los trabajadores y por supuesto, una fuerte presencia del Estado. Una empresa que esté mucho más integrada al conjunto de la sociedad y los sectores que están involucrados directamente con este tipo de empresas.

-¿Entonces?

– Argentina con esta decisión de pagarle a Repsol más de 5.000 millones de dólares, y que van a terminar siendo 11.000 millones hasta el año 2033, hay que entender que serán los próximos gobiernos los que van a pagar el precio final de la deuda. Porque entre el 2014 y el 2015 sólo se va a pagar el 10%. Entre el 2016 y el 2019, se va a pagar el 32%, y de ahí adelante, 2020-2023, hay que pagar otro 34% y el final se va a efectivizar en 2024 y 2033, cuando se pague el 24% del valor final. O sea que en realidad, el 90% del pago de este compromiso que asumió el gobierno, lo van a concretar los próximos gobiernos, y obviamente, esta decisión de pagar por un patrimonio que es de los Argentinos porque el petróleo no es de los españoles, es de los argentinos. España no tiene petróleo en realidad parece más una transacción comercial de mercado que una recuperación o nacionalización al estilo de lo que hizo Evo Morales o algunos otros países de la región.

Publicado en Agencia ACTA

Fuente: Radio Brisas


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