(especial para ARGENPRESS.info)
(1) Lo que tienen en común es el reconocimiento de la desnutrición infantil, problemas de salud en las mujeres y conflictos familiares, un cuadro social desplegado con toda crudeza durante la década de 1990. Los programas diseñados giran alrededor de:
• mejorar la salud de la madre;
• cobertura pediátrica de los niños de 0-6 años;
• alimentación infantil;
• fortalecimiento gestión servicios sociales
• poner fin al aumento de la tasa de mortalidad infantil, aumentando la capacidad del personal para su atención;
• promover relaciones de género equitativas en las familias;
• Reducir las probabilidades de enfermar o morir de la población de mujeres, niños, niñas y adolescentes.
• Reducir las desigualdades entre los indicadores de salud correspondientes a cada uno de los géneros, las distintas áreas geográficas, los niveles socio-económicos, etnias, etc.
• Mejorar la cobertura y calidad de los servicios de salud, así como las posibilidades de acceso a ellos de toda la población, en especial de los más desfavorecidos.
• Promover la participación ciudadana en las cuestiones relacionadas con la salud materno-infantil de la población.
• Para la implementación de las políticas de salud materno infantil fueron fijados tres ejes estratégicos prioritarios: Salud Perinatal, Salud Integral del Niño y Salud Integral en la Adolescencia.
Las condiciones de vida y la doble opresión que padece la mayoría de la población femenina están en relación con la producción y la reproducción de la vida, en este sistema. En este sentido, son parte del sistema capitalista y la crisis, tal como señala Julio Gambina (2013) “reabre la discusión sobre el modo de organización socioeconómico contemporáneo. Es necesario discutir el orden existente y su vínculo histórico y presente con la violencia y la afectación de los derechos de las mujeres y hombres.”
Los objetivos, los contenidos y el financiamiento de los programas no son indiferentes cuando se evalúa los beneficios a la población afectada, pobres, y especialmente cuando se desea transformar la situación en su contrario. Asimismo, ante la falta de alternativa, se observa por parte de la población afectada, la naturalización y apropiación de las ideas del subsidio a la pobreza.
De igual modo, analizaremos el papel asignado al Estado, el concepto de políticas públicas, de inclusión y el concepto de ser humano.
En la experiencia directa e indirecta al tema se observa que los elementos que interjuegan en los programas son tres: sujetos sociales, mercado y Estado.
En este texto, por un lado, analizaremos dos ejemplos y explicitaremos los objetivos principales esbozados en los documentos del Banco Mundial, tratando de responder a nuestro interrogante.
Dos ejemplos – Fundamentos y observaciones
1) Mi Tesis (2) sobre las relaciones de género en una empresa de la alimentación (Terrabusi) en la década de 1990 me llevó a contextualizar la época.
El objetivo central, fue crear las condiciones para asegurar a los empresarios privados la obtención de tasas significativas de ganancia que estimularán en un primer momento el ahorro interno y la inversión, luego la producción y el consumo, y finalmente el empleo.
El contenido de la nueva política económica o ‘Plan de Convertibilidad’ consistió de hecho en una serie de políticas macroeconómicas que, en nuestra opinión, han creado ciertas condiciones propicias para la emergencia de un nuevo régimen de acumulación.
Sobre los programas de emergencia laboral y para la mujer (3), señalábamos:
Los programas de emergencia ocupacional fueron concebidos también en el marco de la Ley Nacional de Empleo N° 24013. (4)
En síntesis, en todas las resoluciones hay un reconocimiento de la falta de trabajo – lo cual constituye la principal causa de pobreza en nuestro país -, así como de los bajos niveles de representación femenina, de la necesidad de promover su incorporación al trabajo, su formación profesional y el aumento de su empleabilidad.
El objetivo que orienta los programas es aumentar la calidad de vida, proponiendo la capacitación orientada al “desarrollo de competencias básicas para favorecer la asimilación de los contenidos específicos de las actividades a desarrollar y para lograr una nivelación entre las/os beneficiarios/as optimizando el trabajo grupal”. (5)
En lo que respecta a las mujeres en particular, se proyecta “dar continuidad a las acciones destinadas a fomentar sus oportunidades de empleo y capacitación laboral” (6), y “brindar capacitación en temas de género que contribuyan al desarrollo de las aptitudes particulares y sociales de las mujeres” (7). También se agrega, en el Art. 28 de la Res. N° 11, que “el Consejo Nacional de la Mujer podrá brindar a los organismos interesados en participar del Sub Programa, asistencia técnica referida a la formulación de proyectos”.
Este sector de la población está ubicado dentro de la población inactiva, es decir que “no está presente en el mundo del trabajo remunerado, y comprende todas las personas que, por su edad, su situación y/o su decisión están fuera del mercado de trabajo”. (8)
Las dificultades predominantes de este sector son varias: – precariedad de la vivienda; – bajo nivel educativo; – falta de acceso a métodos anticonceptivos; – falta de acceso a jardines maternales.
En líneas generales, la experiencia laboral de las mujeres consiste principalmente en el trabajo doméstico (9) en sus propios hogares y/o como empleadas domésticas. A esto hay que sumarle la situación de las mujeres golpeadas por sus parejas, así como también el hecho de que muchas veces las propias parejas les prohíben a las mujeres salir a trabajar.
La experiencia directa, de la autora de esta tesis, obtenida como coordinadora (10) de un Programa de Reparaciones de Libros y Revistas permiten concluir que con estos planes: – No se logra mejorar la calidad de vida. – No se logra una verdadera adquisición de un oficio si no existe una verdadera salida laboral donde las personas se desarrollen, consoliden los conocimientos adquiridos y continúen formándose. – No se logra aumentar la representación femenina en el mercado laboral.
Los discursos y los escritos resultan invalidados por la práctica, así como quedó al desnudo la inoperancia de los ministerios y organismos especiales, tal es el caso de la Secretaría de la Mujer. Esta política del “remiendo”, sólo sirve para calmar las situaciones coyunturales.
En lo referente al rol de la mujer, se puede observar que se continúan fomentando los roles tradicionales, al proponer programas como el de comedores o atención de niños. De este modo se contradicen en la práctica los objetivos esbozados en las resoluciones, los cuales postulan la promoción de roles no tradicionales.
2) El Plan Nacer es uno de los programas específicos actuales y se lo puede ubicar dentro del modelo de “protección para pobres”. Este plan surgió en el marco de la discusión sobre el aborto, que la primera causa de muerte de las mujeres. Existen institutos legales para prevenir y asistir a las mujeres, como son las leyes de educación sexual y derechos sexuales y reproductivos y procreación responsables, que fundamentan las proclamas alentadas desde hace más de una década los Encuentros Nacionales de Mujeres a través de las consignas:
• educación sexual para decidir
• anticonceptivos para no abortar
• aborto legal, seguro y gratuito para no morir.
La respuesta a los embarazos no deseados fue el Plan Nacer (11), subsidiando los controles durante el embarazo y el nacimiento. Es innegable que este plan apunta a la protección de la mujer sin cobertura social durante el embarazo y los primeros seis años de su hijo/a. Pero, también tenemos que señalar la orientación predominante en el modelo predominante para la protección de las mujeres pobres.
Coincidimos con la reflexión de Silvia Fernández Soto (2009):
La atención de la cuestión social se reduce a los pobres, se construye un modelo de “protección social para pobres”, desplazamiento que implica la desvinculación de la condición ciudadana universal y la fragmentación de la intervención social del Estado en múltiples territorios, adquiriendo formas tutelares asistenciales a nivel local pero asociadas con las estrategias y transformaciones globales del capital.
Este modelo de “protección social para pobres” es el eje de las recomendaciones de los documentos del Banco Mundial, a partir de las diferentes versiones del Consenso de Washigton.
En una lectura minuciosa de los objetivos de los distintos documentos del Banco Mundial (12) José Socarrás y María angélica Gunturiz (2013) citan una de las tesis centrales del informe sobre el Desarrollo Mundial titulado Lucha contra la pobreza (2000/2001): (…) los exiguos activos con que cuentan (los pobres), la falta de acceso a los mercados y la escasez de oportunidades de empleo les impiden salir de su situación de pobreza material. Por esta razón, la creación de oportunidades -mediante la adopción de medidas que estimulen el crecimiento económico, consignan unos mercados más atentos a las necesidades de la población pobre e incrementen sus activos -en un factor clave para el alivio de la pobreza.
Desde marco conceptual el Estado debe actuar para corregir las “fallas del mercado” y las políticas públicas tienen el papel de proveer los fundamentos institucionales dentro de los que operan los mercados.
Esta política se encubre bajo el término “inclusión”, asistiendo a los “pobres de los pobres” para aliviar la pobreza, al ser considerados seres vulnerables.
La vieja teoría del capital humano, es retomada como fundamento del Banco Mundial, brindando oportunidades y empoderamiento al considerar las necesidades de los pobres.
En primer lugar el ser humano tiene la condición de ser un ser concreto, histórico y social, cuyas necesidades se satisfacen en relaciones que lo determinan. A su vez este ser concreto tiene la capacidad de desplegar su fuerza de trabajo.
Polemizando con la teoría del “capital humano” Segré, Tanguy y Lortic (1980) señalan la distorsión de reemplazar “capital constante – capital variable” por capital físico-capital humano:
Identificar el poder laboral con un capital que pertenezca al trabajador – aunque este capital se denomine “humano” – se debe a una total incomprensión del funcionamiento del sistema de producción capitalista. Cuando se desea caracterizar las funciones de los diversos componentes del capital en términos de la formación de valor (y, por lo tanto, en términos del proceso de producción), nos vemos obligados a volver a los conceptos de “capital constante” y “capital variable”.
La ayuda dependiente
El cuadro social, analizado recientemente por el equipo coordinado por Carla Rodríguez 2013) de déficit habitacional, con el aumento de personas viviendo en las villas y asentamientos y cientos en la calle, el incremento de hombres y mujeres viviendo en condiciones de gran vulnerabilidad, cuyas fuentes laborales tienen un alto nivel de precarización y bajos salarios, plantea si se continúa con esta ayuda dependiente de la acción gubernamental o se cuestiona esencialmente a los responsables políticos y los mentores ideológicos
Las referencias a los programas y a las ideas centrales del Banco Mundial, amerita, en señalar que la orientación desplegada es parte de un proyecto económico de clase y no sólo un programa de políticas públicas, como lo explica José Socarrás (2013). (13)
– Descargar anexo en pdf
https://mega.co.nz/#!PcQW0bhQ!AQ_DwmV_zjnkBIM2LqL7SypZDNVO1NlA66G3rhJLMR8
Bibliografía: – Diagnóstico socio- habitacional de la Ciudad de Buenos Aires – CTA, 2013 – Gambina, Julio, Crisis del capital (2007/2013), FISYP, 2013. – Kandel, Ester, dirección nacional del derecho de autor n° 463158 – proyecto: La participación de las mujeres del plan jefas y jefes de hogar desocupados en el programa manos a la obra. Caracterización del plan de desarrollo local y economía social. No realizado para falta de subsidio. – Socarrás, José y Gunturiz, María Angélica, ¿social-neoliberalismo? Organismos multilaterales, crisis global y programas de transferencia monetaria condicionada. Política y Cultura, otoño 2013, núm. 40. – Socarrás, José, Tesis sobre el neoliberalismo (1973-2013) FISYP, 2013.
Notas:
1) Es difícil identificar inicio y fin de un programa y los lugares de nuestro país donde fueron implementados y sus resultados. Desconocemos si los diversos programas de los ministerios se superpone y/o se coordinan.
2) www.ceil-conicet.gov.ar
3) Ver apéndice.
4) Sancionada en el año 1991.
5) Res. N°11 (febrero/00).
6) Res.136 (marzo/99).
7) Res. N°11.
8) Neffa (coord.), Panigo, Demián y Pérez, Pablo. Actividad, empleo y desempleo, CEIL-PIETTE-CONICET, febrero/2000.
9) “Son todas las tareas domésticas que implican el mantenimiento diario de la familia, la transformación de los insumos en valores de uso consumidos por la familia para su subsistencia (alimentación, ropa, etc.) y la produc-ción y procreación de la fuerza de trabajo. Producción no sólo biológica sino preparación en valores de orden, disciplina, respeto jerárquico, laboriosidad. con patrones de estratificación social para obtener “buenos trabajado-res”; y que tienen generalmente como único responsable a la mujer. Las tareas del ama de casa son un trabajo que, según estudios, insume un promedio de 70 a 75 horas semanales.” Revista Política y Teoría, N°22, Nov./91.
10) Escuela N°10, Distrito Escolar N° 14, dependiente de la Secretaría de Educación de la Ciudad de Buenos Aires.
11) El Plan Nacer es un programa federal del Ministerio de Salud de la Nación que invierte recursos en salud para mejorar la cobertura de salud y la calidad de atención de las mujeres embarazadas, puérperas y de los niños/as menores de 6 años que no tienen obra social. Se inició en el año 2005 en las provincias del NEA y NOA y en 2007 se extendió a todo el país. Decreto 446/11, Extensión Asignación Universal por Hijo (AUH) para embarazo.
12) 1998, 2008, plasmados en los documentos especiales.
13) Tesis 2: en su tesis 2: El neoliberalismo no se agota ni se puede igualar directamente al consenso de Washington (1989) -ni sus versiones sucedáneas. (…) el Consenso es una de las traducciones históricas posibles del proyecto neoliberal (…) el neoliberalismo implica, ante todo un Proyecto económico-político de clase (capita-lista) el cual se ha venido expresando a través de una estrategia de acumulación (llamada común y colonialmente de “Desarrollo”) (…).
14) Presentado en el Instituto Superior del Profesorado DR. Joaquín V. Gonzalez -marzo 2001
15) Presentado en la Maestría de Ciencias Sociales del Trabajo (UBA) Año 2000
16) Sancionada en el año 1991
17) Resolución N°23 (30-12-99) basado en la resolución MT. Y S.S. N°488/98 por la cual se creó la Subcoordina-ción Seguimiento y Fiscalización (SUSEFI)
18) Res. N° 23 (30-12-99). Visto las Leyes Nros 24013 y 25233, los Decretos P.E.N. Nros 19 de fecha 10 de diciembre de 1999, 20 de fecha 13 de diciembre de 1999 y 42 de fecha 14 de diciembre de 1999; la Resolución M.T. y S.S. n° de 28 de julio de 1998; la Resolución Conjunta S.E. y C.L. N° 458 y D.E.A. N° 452 de fecha 8 de julio de 1998.
19) Pacto Federal del trabajo suscripto el 29-7-98 entre el Poder Ejecutivo nacional, las provincias y la Ciudad Autónoma de buenos aires. Ratificación en lo que es materia de competencia del H. Congreso de la Nación.
20) Res. N°11 (febrero/00)
21) Res.136 (marzo 1999)
22) Res.N°11
23) J:Neffa” La población se divide entre los que tienen un empleo y se consideran ocupados o sub-ocupados y los que no tienen. Los que no lo tienen pueden estar buscando activamente un empleo, y en este caso se consideran desocupados; a los que no tienen un empleo y no lo buscan, desde el punto de vista estadístico, se consideran formando parte de la población económicamente inactiva.”
24) Julio C. Neffa (coord., Demián Panigo y Pablo Pérez, Actividad, empleo y desempleo (CEIL-PIETTE-CONICET) – Febrero/2000
25) Son todas las tareas domésticas que implican el mantenimiento diario de la familia, la transformación de los insumos en valores de uso consumidos por la familia para su subsistencia (alimentación, ropa, etc.) y la producción y procreación de la fuerza de trabajo. Producción no sólo biológica sino preparación en valores de orden, disciplina, respeto jerárquico, laboriosidad. con patrones de estratificación social para obtener “buenos trabajado-res”; y que tienen generalmente como único responsable a la mujer. Las tares del ama de casa son un trabajo que, según estudios, insume un promedio de 70 a 75 horas semanales. Revista Política y teoría N°22 Nov./91.
26) Revista VIVA, 24-9-00
27) Socióloga, Conicet, Facultad de Ciencias Sociales (UBA). Citada en la Revista Viva 24-9-00.