¿Cómo bajar la inflación?

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RedEco

(Julio Gambina para Red Eco) Argentina- El Banco Central de la República Argentina (BCRA) anunció este martes una nueva absorción de pesos a través de la emisión de letras. Se trata de $11.500 millones que saca del dinero circulante como mecanismo para bajar la inflación.

El razonamiento apunta a que el exceso de dinero en circulación interviene en el alza de los precios, por lo tanto, corresponde retirar dinero circulante para frenar el crecimiento de los precios.

No debe sorprender que las autoridades del BCRA desde la asunción del gobierno de Macri se inspiren en esta lógica de política monetaria y recurrentemente ofrecen letras onerosas, con tasas muy elevadas, en torno al 30% para contraer la base monetaria.

El mecanismo es endeudar al BCRA, ofreciendo títulos a tasa elevada para que los tenedores de dinero compren títulos públicos y no demanden otros bienes y servicios.
Se ofrece un rédito vía tasa de interés para estimular la satisfacción especulativa por ganar dinero en lugar de satisfacer alguna necesidad con el consumo de algún bien o servicio.

El BCRA logra así contraer la cantidad de dinero en circulación, con costo financiero para la entidad, y al mismo tiempo contraer la demanda de bienes y servicios para inducir una reducción de precios.

La política monetaria es contractiva. Se retira dinero de circulación para esterilizar la emisión monetaria que viene de arrastre y que subsiste ante la continuidad del déficit fiscal.
Algo así como que la política económica requiere emisión por déficit fiscal y el BCRA lo esteriliza induciendo el endeudamiento público.

El enfoque utilizado por el BCRA es lo que se denomina “metas de inflación”. Es la política que utilizó Prat Gay cuando era Presidente del BCRA con Duhalde y con Kirchner. Es la política que hoy aplica Federico Sturzenegger.

Como la meta de inflación está entre el 20 y 25% para el 2016, el programa del BCRA es retirar progresivamente dinero de la circulación e inducir una recesión económica, parate o enfriamiento, buscando la baja de la inflación.

En la lógica liberal no se contemplan los controles de precios y por eso se liberalizan y se ejerce una política contractiva.
La inflación responde a múltiples motivaciones y no solo las monetarias, el diagnóstico actual de las autoridades del BCRA.

Entre esa multiplicidad de causas está el control monopolista de la producción y circulación de bienes y servicios, lo que genera falta de competencia entre las empresas que ejercen un papel dominante en cada mercado.

Son muy pocas las empresas que definen los precios por su lugar de dominación, agravado con el monopolio comercial de los grandes centros comerciales.

Adicionemos que los controles de precios instrumentados han sido siempre limitados y asociados a deterioradas condiciones de control burocrático.

Por ello, bajar la inflación requiere de un estricto control social, especialmente de los trabajadores organizados en el ámbito empresario en que se generan los precios.

Más aún, de redefinir el modelo productivo para evitar no solo el ejercicio del papel de monopolio, sino la posibilidad de discutir qué producir, bajo qué condiciones de trabajo y desarrollo tecnológico, para discutir en definitiva el patrón de consumo.

La contracción monetaria promueve la recesión y el no control efectivo de precios favorece la impunidad monopólica en el encarecimiento cotidiano.

Una efectiva manera para bajar la inflación requiere estrictos controles con participación de los trabajadores y la sociedad, a la vez que una política monetaria acorde con otro modelo productivo concentrado en satisfacer necesidades de la población por encima de la lógica actual por la ganancia.


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