Terrorismo de Estado + Corporaciones Transnacionales. A 32 años del golpe.

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Fabiana Arencibia

























































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A 32 años del golpe militar genocida, concretado el 24 de marzo de 1976 en Argentina, el economista Julio Gambina (*) analiza los modelos económicos que se fueron implementando en nuestro país. Partiendo de 1880, pasando por la década del ’30 y por los años ’60 y ’70, llega al golpe del ’76 y a la actualidad.
¿Quiénes son los que dirigieron y dirigen los hilos de la economía de nuestro país?
¿Cuál ha sido el rol de la clase obrera?
¿Algo ha cambiado luego del golpe del ’76?
A estos y otros interrogantes responde Julio Gambina en la siguiente entrevista realizada por Fabiana Arencibia, integrante de la Red Eco Alternativo







Fabiana Arencibia:
¿Cuál es el modelo económico político, el modelo de país que venia desarrollándose antes que empezara a gestarse el golpe de Estado de marzo de 1976?


Julio Gambina: La Argentina ha tenido, antes del ’76, dos grandes modelos de desarrollo económico. Hay uno originario que tiene que ver con la constitución de la Argentina, tal como la conocemos hoy, en territorio, en organización política que data de 1880.


Desde la Revolución de Mayo de 1810 hasta 1880 se va definiendo un estilo de desarrollo económico social de la Argentina. En 1880 se constituye el primer modelo de desarrollo capitalista de la Argentina. Se consolida una determinada clase dominante, básicamente estamos hablando de la oligarquía terrateniente en la Argentina y el capital externo, principalmente ingles, y es el momento de aparición en escena de la clase obrera, como principal sector de las clases subalternas en la Argentina. Ese es el primer modelo, es un modelo que se desarrolla mas y menos hasta la crisis de 1930.


Ahí aparece un segundo modelo de desarrollo. El primero era considerado como de una Argentina agro exportadora, técnicamente hablando.


En el segundo caso estamos hablando de una economía de sustitución de importaciones, una economía de industrialización por sustitución de importaciones. Aquí hay un cambio en la estructura de clases en la Argentina. En las clases dominantes, además de la oligarquía terrateniente y el capital externo, va a emerger una burguesía local, una burguesía de argentinos que incide en el desarrollo económico social, y hay un crecimiento y expansión de la clase obrera sobre la base de una extensión del mercado interno.


Hay un desarrollo capitalista clásico. La Argentina crece fronteras adentro, se amplía el mercado, por tanto crece la clase obrera y la burguesía local, y desde el punto de vista del capital externo, ya no son los ingleses los que dominan sino los estadounidenses, se empieza a aparecer con mucha fuerza Estados Unidos.


Pero este modelo de crecimiento económico, entra en crisis a mediados de los 70. Entre fines de la década del 60-69 hay que pensar en el Cordobazo, en los 70-71 el Choconazo, en el 72 el mendosazo. Rosario es epicentro de muchas luchas en esos tiempos desde el 69 hasta el 74. Todas estas luchas populares en donde la clase obrera tuvo un papel central, pone en crisis al modelo económico. Dificulta la capacidad del capital hegemónico para obtener ganancias y eso era sobre todo porque había un movimiento obrero estructurado, organizado en lucha que no solo reclamaba por condiciones de trabajo y salario sino que lo que ponía en discusión era el orden económico y social. Lo que se pone en discusión en la Argentina del 69 al 74, es el tipo de orden económico social que organización económica de la sociedad.






F.A: ¿Cuáles eran las opciones que se planteaban en ese momento?


J.G: Digamos que, con muchos matices, lo que estaba en discusión era la lucha anticapitalista y la perspectiva del socialismo; para unos socialismo nacional, para otros socialismo científico. La consigna era la “patria liberada”. La propuesta política era la construcción de instrumentos de liberación nacional y social, una perspectiva antiimperialista, anticapitalista.


Estaba a la orden del día lo que ocurría en América Latina; venia de la Revolución Cubana, de la Unidad Popular en Chile. Estamos hablando a fines de los 60, comienzos de los 70, de un momento muy especial en América Latina.


Las clases dominantes de la Argentina y América Latina se sintieron afectadas por esta oleada revolucionaria y propusieron una iniciativa política para obturar, limitar este reclamo de reformas progresistas radicales, de izquierda que se venían planteando a mediados de los ’70.


Económicamente el tema era que había una afectación directa de las tasa de ganancia, los capitales mas concentrados no podían acumular ganancias en el nivel que pretendían, había limites para la valorización del capital y el objetivo del capitalismo es la ganancia.


Cuando el primer modelo de desarrollo en la Argentina entró en crisis tenía que ver con límites para seguir desarrollando el capitalismo. Por eso se pasó del modelo agroexportador, de 1880 a 1930, a modelo de industrialización por sustitución de importaciones entre 1930 y 1975.


Este modelo entra en crisis por política; porque la política de acumulación de poder de los trabajadores en aquellos años afectaba la cuestión económica, que era la acumulación de ganancias.


Las clases dominantes, lo que tuvieron que hacer es un cambio de timón en la correlación de fuerzas que había en ese momento. Porque había un movimiento obrero popular a la ofensiva, que incluso reclamaba un cambio de orden social que era lo que estaba en la situación de América Latina y el mundo, había una ofensiva de los pueblos contra el imperialismo, contra el capitalismo.


Por eso la respuesta fue violenta. Empezó en Chile en realidad en 1973. El golpe militar apoyado por corporaciones transnacionales principalmente de Estados Unidos -por ejemplo la International Telephone & Telegraph (ITT) que financió directamente el golpe de Estado de Pinochet – significó una cambio de política y un cambio de modelo económico. De alguna manera fue la vuelta al pasado. Intentaron desarrollar un modelo de inserción internacional subordinada. Una vuelta al agro poder, al agrobusiness.


Ese modelo que se desarrolló en Chile a partir del 1973 fue copiado en la Argentina a partir de 1976.






F.A: ¿Podemos decir que el del ’76 fue un golpe para sostener un nuevo modelo económico que querían instaurar y que eso costó la vida de 30000 desaparecidos? ¿Cuál era la idea de nuevo modelo que se quería imponer en la Argentina?


J.G: Había que restablecer la tasa de ganancia, la capacidad de acumular ganancia. Eso implicaba desarmar el poder popular construido por los trabajadores en ese periodo; entonces hubo medidas políticas, no de mercado como habitualmente se piensa.


Las medidas políticas fueron: la prohibición de los partidos políticos, especialmente los de izquierda, prohibición de la actividad sindical, secuestros, torturas, desapariciones.


Lo que se intentó y logró, fue instaurar el terror, por eso de decimos que es un terrorismo de Estado. El Estado, la fuerza militar, con el apoyo de la sociedad civil vinculada al golpe puso al Estado al servicio del disciplinamiento de la sociedad; el terror generó miedo; a partir del miedo y la parálisis se generaron las reformas económicas, que las clases dominantes necesitaban.






F.A: ¿Y cuáles fueron esas reformas económicas?


J.G:Tenemos que comenzar diciendo que la economía, es un orden social, son relaciones sociales, hay una estructura social que funciona de una determinada manera para obtener ganancias.


La forma de la organización económica no funcionaba para obtener ganancias en torno de 1975, por lo tanto había que cambiar esas relaciones sociales. Yo destaco tres cambios, básicamente.


El primero es el cambio de las relaciones entre el capitalismo y el trabajo; cambiar la Ley del Contrato de Trabajo que había sido formulado en el año 1974, y ahí estaba consagrado una cantidad de derechos de los trabajadores. Había que hacer saltar por el aire el derecho protector del trabajo, y había que instalar a cambio una concesión del trabajo flexible, esa flexibilización del trabajo viene desarrollándose en la Argentina desde el 75-76 hasta la actualidad.


Hoy, en el 2008, todavía hay tramos para seguir avanzando con la flexibilidad del trabajo,


una prueba de eso es la subsistencia en la Argentina de un índice de desempleo elevado, aun tomando el oficial de 7.5 % . Un porcentaje similar es el del subempleo y además hay mas del 40% de la población trabajadora que está en situación irregular, es decir sin seguridad social. Los propios trabajadores jubilados han sido flexibilizados, el 72% de la población de trabajadores jubilados en la Argentina, tiene ingresos menores a la línea de la pobreza, con lo cual lo que han logrado es un deterioro de los ingresos de los trabajadores ocupados, desocupados, sobreocupados, subocupados, e inclusos de los trabajadores pasivos.


Hay una reestructuración del papel de los trabajadores en la sociedad; cambiaron las relaciones de los trabajadores con el capital, la relación de los trabajadores con los empresarios, se desarticuló el movimiento obrero y se logró, con la complicidad de la burocracia sindical hoy concentrada en la CGT, la subordinación a este proyecto del capital.


Esa es la primera relación social que se ha cambiado y que yo te diría que es un desafío histórico para las clases subalternas en la actualidad tratar de revertir esa situación, que lleva ya desde el golpe de Estado, 32 años consecuentes de deterioro de la capacidad de acción de los trabajadores en la sociedad y por supuesto de su capacidad de consumo de compra a través del salario.






F.A: Entonces la primer relación social que se modificó es la que tiene que ver con el trabajador y la empresa ¿Cuál es la segunda?


J.G: La segunda relación social modificada es la que tiene que ver con las personas, los trabajadores y el Estado, o sea lo que hubo es un cambio de la función del Estado.


Si vos tenias en el modelo anterior un Estado que promovía el gasto social en la educación, en salud, en asistencia social y que promovía el derecho protectorio del trabajo, entre otras cuestiones, vamos a una etapa del 76 en adelante de privatización, primero de las empresas públicas, pero en segundo lugar de las funciones del Estado.


En Argentina se privatizó todo, YPF, las empresas de agua, las de energía, los transportes, marítimos, terrestres, aéreos; es el país por excelencia, de modelo privatizador en el mundo. Pero además de privatizar las empresas públicas, se privatizó la educación y la salud.


¿Es un tema terminado? No, no esta terminado. Es un tema en crecimiento constante. Hay una deliberada actitud, desde el ’76 a la actualidad, 2008, de deteriorar la salud pública, educación publica, para empujar a las familias a que resuelvan el tema de la educación y la salud en el sector privado de la economía, transformando la salud y la educación de un derecho a una mercancía y condenando a la salud y a la educación pública a un servicio a prestar a los pobres, aquellos que no tiene posibilidad de ir a un sector privado. Por eso se deterioran deliberadamente los ingresos de los docentes y de los profesionales de la salud, la infraestructura sanitaria y educativa.


Pero el tema de la privatización no se agota en ello, sino que avanza a sectores como es el caso de la seguridad. Hoy tenés seguridad privada con la policía en los estadios deportivos, con la policía pública; tenés seguridad privada en las empresas, en los centros comerciales, en los barrios. Hay una tendencia creciente a la privatización de la seguridad y a la privatización de la justicia, no tanto porque se vendan los juzgados, sino que la justicia está al servicio de otorgar seguridad jurídica a las inversiones de los grandes capitales, y por lo tanto se privilegia la prestación del servicio de justicia para los grandes capitales.


No hay, como equívocamente algunos creen, menos Estado. No hay ni menos ni mas Estado. Lo que hay es un Estado que cumplen otra función. Si antes producto de las necesidades del modelo económico estaban vinculadas a lo que se llama Estado de bienestar, al Estado populista, ahora tenés un Estado al servicio del poder económico.






F.A: Hablabas de que hubo tres cambios en las relaciones sociales ¿cuál sería el último?


J.G: El tercer cambio de relaciones sociales tiene que ver con los argentinos y el mundo, tiene que ver con la inserción internacional de la Argentina y esto es básicamente la globalización.


Es la transnacionalización de la economía argentina. Hay una cantidad de medidas políticas que se tomaron en el camino como es la salida de la Argentina del Movimiento de países del Tercer Mundo, para incorporar a la Argentina a la lógica de la votación de Estados Unidos.


Esto ya no se hizo en tiempo de dictadura militar, sino en tiempo de gobierno constitucional, en la década del ’90, es decir que es un propósito instalado en la dictadura militar, pero logrado, desarrollado y potenciado en gobiernos constitucionales de a posteriores.


La inserción internacional de la Argentina ha sido subordinada a las demandas de las corporaciones transnacionales. Te doy un solo dato: la Argentina es el país del mundo que en la década del ’90 mas tratados bilaterales de inversión firmó, eso quiere decir, acuerdos con otros países para defender los intereses de las inversiones externas en la Argentina. Argentina es uno de los países de mayor transnacionalización de su economía. Por un lado el bloque de poder que surge en la Argentina en el golpe de Estado del ’76, en primer lugar, son las empresas privatizadas de servicios públicos, los bancos transnacionales y las grandes empresas productoras y exportadoras.


Con lo cual, el matiz respecto a los modelos anteriores es que, cuando uno piensa en el imperialismo en América Latina, el imperialismo en Argentina, en las etapas anteriores se lo podía ver como capitales que eran de otros países y venían a la Argentina. En la actualidad hay una imbricación muy fuerte de capitales de afuera que están adentro y capitales de origen argentino que se han transnacionalizado.


Para dar solo dos ejemplos y se entienda lo que decimos: ARCOR, empresa de caramelos, de golosinas, está en todo el mundo y es la numero uno en comercialización de caramelos, por lo tanto es una transnacional origen en la Argentina.


Y el otro ejemplo es TECHINT, que es el principal proveedor internacional de caños sin costura para la industria petrolera ( todos sabemos la importancia que tiene el petróleo en la economía mundial actual ). TECHINT es una de esas empresas claves en el mercado mundial.


Por cual las clases dominantes de la Argentina, hoy, son el imperialismo, tanto por los capitales de afuera, invertidos en la Argentina, como los capitales de origen argentino que tienen interés en el mercado local y en el mercado mundial.






F.A: Vos pasaste desde el ’76 por la década del ’90 y llegaste al 2008. Algunos opinan que estaba claro durante la década del ’90 que había una continuidad respecto al modelo económico de la dictadura y que sin embargo ahora, a partir concretamente de la gestión del kirchnerismo, hay una especie de cambio en el tipo de modelo que se está desarrollando y que se presenta como mas nacionalista. Sin embargo tu análisis parece plantear una continuidad ¿Eso es así?


J.G: La hipótesis que yo sostengo, es que el modelo que se pretendió instaurar en 1976, tiene un momento de consolidación importante hacia el 2001. Que en el 2001 hubo un proceso de crisis muy grande, y la crisis, así como en el 69-74 tenía que ver con la acumulación de poder popular, también lo tuvo que ver en el 2001, que se expresó condensadamente en la rebelión popular del 19 y 20 de diciembre. Con lo cual se pone en crisis la política económica y la contradicción se expresa entre dos proyectos que tenían las clases dominantes entonces. Unos sostenían la necesidad de dolarizar la economía argentina, política que se llevó a cabo durante el menemismo. Pero quienes reclamaban esto eran los bancos transnacionales y las empresas privatizadas de servicios públicos, atrás de ellos el FMI, el Banco Mundial, los organismos financieros internacionales. El otro modelo era el de la devaluación, que era el desarrollo del capital productivo y de los exportadores de la Argentina; políticamente esto se empezó con Duhalde, por eso el que hace la devaluación es Duhalde.


Kirchner, que llega dos años después al gobierno, en el 2003, y se separa del modelo duhaldista diciendo que el no es responsable de la cesación de pagos, del no pago de la deuda decretado por Rodriguez Saa a fines del 2001, ni es responsable de la devaluación formulada por Duhalde.


Kirchner, despegándose de Rodriguez Saa y de Duhalde, intenta mostrarse con un discurso diferente y crítico de todo lo que había ocurrido anteriormente, pero se suma a la estrategia de Rodriguez Saa, porque hasta el año 2005 la Argentina sigue en cesación de pagos y se mantiene en el proyecto devaluador que se sostiene en la actualidad.


Hoy hay una preocupación por la defensa de 1 dólar a 3.15, 3.17 pesos, en lo que es una virtual convertibilidad de la moneda local. Y donde el peso argentino se sigue devaluando porque en los últimos tres años hay recurrentes devaluaciones del dólar y cada vez que se devalúa este, se devalúa el peso. Por eso cuando todos los días que leemos que el euro vale mas en dólares, es que el peso argentino se esta devaluando respecto del euro. La economía argentina con Duhalde pretendió ser mas competitiva, lo mismo que el sector productivo, y manteniendo esta devaluación la Argentina mantiene ese nivel de competitividad respecto del capitalismo europeo.






F.A: Con un modelo gestado con el golpe del ’76 que ahora está consolidado, ¿quiénes tienen hoy el poder en la Argentina?


J.G: Cuando uno piensa en términos de las clases dominantes que hay en la Argentina hoy, ya habiendo terminado el mandato de Néstor Kirchner y entrando en un segundo turno con Cristina Kirchner, uno se encuentra con que las cosas no son iguales con Kirchner que con Menem. Pero desde el punto de vista de los sectores dominantes, el conflicto de clases dominantes al final del periodo del 2001 ha sido suturado ¿Qué quiero decir con esto? Que las clases dominantes hoy en la Argentina son: el conjunto de empresas productoras y exportadoras, la banca transnacional que sigue dominando el sistema financiero argentino y las empresas privatizadas de servicios públicos que han vuelto a obtener importantes ganancias en el sistema financiero.


Sistema financiero y privatizadas recompusieron su situación. En el 2001 los bancos estaban muy mal; 2001, 2002, 2003 los bancos estaban en situación delicada; la situación del 2008 es de recomposición del sistema financiero con acumulación de ganancias.


Y preguntale a los trabajadores, a los que no tienen techo, a los pequeños y medianos empresarios cuánta ayuda reciben del sector financiero para obtener crédito para la vivienda, para el capital de trabajo de pequeñas empresas y pequeños productores.


Lo que se ha restablecido es la capacidad de acumular ganancias de un sector dominante de la economía como es el sector financiero transnacionalizado. Lo mismo ocurre con las privatizadas, porque aquellas que no pudieron resolver la ecuación de ganancias, se retiraron del país, entregaron sus negocios al Estado, para que éste los reconfigure y los vuelva a privatizar, ejemplo: Correo Argentino. El correo, hoy, está en manos del Estado porque el empresario privado, Franco Macri (padre del actual Jefe de Gobierno porteño) , no pagaba el canon correspondiente, no lo sostenía y por lo tanto lo cedió al Estado y este se comprometió a reprivatizarlo cuando halla condiciones. Lo mismo ha ocurrido con líneas ferroviarias que quedaron en manos del Estado y con el espacio radioeléctrico reestatizado para volverlo a privatizar.


La única experiencia diferenciada fue con el caso de ENARSA, con la creación de una empresa petrolera que desde su existencia no ha desarrollado capital propio ni actividad, sino que ha hecho negocios compartidos con el sector privado de la economía para la explotación petrolera en distintas regiones de América Latina. Lo mismo ocurrió con el tema del agua que se reestatizó para luego volver a privatizarse.


Con lo cual el bloque de clases en el poder sigue siendo básicamente el mismo del periodo anterior con un discurso de critica al modelo del ’90, pero con una política que consolida la misma ecuación de beneficiarios y perjudicados.






F.A: ¿Algo cambió?


J.G: Si, los objetivos con los cuales se pretendió el golpe de Estado del ‘76 tienen un momento de cierre en torno al 2001. El discurso actual es: esta es la nueva realidad estructural de la Argentina, la flexibilización, la privatización, la inserción subordinada al mercado internacional. Y como es un nuevo modelo nos permitimos la crítica al modelo que llevó a ese cambio de relaciones sociales y en todo caso lograr la normalización de un capitalismo tal y como es, es decir con este nivel de pobreza, de marginación, de super explotación y de alguna manera con un patrón productivo y de consumo que satisface las expectativas de los sectores de mas altos ingresos.






(*) Julio Gambina, es profesor de Economía Política, titular de cátedra en la facultad de Derecho de la Universidad Nacional de Rosario y profesor de postrado en varias universidades públicas. Es presidente de la Fundación de Investigaciones Sociales y Políticas (FISYP) y como tal miembro del comité directivo del Consejo Latinoamericano. Integra la dirección del Centro Cultural de la Cooperación Floreal Gorini.


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